La rinitis alérgica es una condición común, que ese caracteriza por la inflamación de la mucosa nasal causada por la exposición a determinadas sustancias.
Solamente en los Estados Unidos, las personas que sufren de rinitis alérgica son más de 50 millones, siendo la enfermedad crónica más común entre los adultos y niños.
Con una tasa de prevalencia, a nivel mundial superior al 10%, estimaciones que podrían ser mayores, porque los síntomas son subestimados tanto por la persona que sufre este mal como por el mismo médico que la atiende.
La rinitis alérgica es causada por una reacción antígeno-anticuerpo, durante el cual los mediadores inflamatorios causan vasodilatación.
Factores de riesgo para la rinitis alérgica
Entre algunos de los factores de riesgo, se encuentran la contaminación ambiental, la presencia de casos de alergia en la historia familiar, asma, la exposición temprana a alérgenos (como los ácaros del polvo y la caspa de las mascotas), la detección de la inmunoglobulina IgE elevada en la sangre, así como la eliminación precoz del amamantamiento.
Particularmente el riesgo es mayor para las personas que viven en áreas contaminadas, o que nacieron durante la estación primaveral.
Los tratamientos farmacológicos están destinados a restringir la actividades de la histamina, mediador de la inflamación que subyace en el proceso.
Por esta razón, en los casos de rinitis alérgica intermitente y persistente que van de leve a moderada , los antihistamínicos de última generación son la primera opción terapéutica.
En los últimos tiempos se ha profundizado en la Cronobiología de la rinitis, la investigación sobre la incidencia de los síntomas durante un período de 24 horas.
Varios estudios clínicos han demostrado que los síntomas asociados con la rinitis alérgica tienden a concentrarse en las primeras horas del día, siguiendo un ritmo circadiano bien definido.
Estas observaciones han llevado a considerar con mayor atención la actitud terapéutica de la patología, con el desarrollo de estrategias de tratamiento que favorecen el control de la rinitis alérgica en horas de la mañana.
En particular, en adultos se ha visto que las drogas con una vida media larga, como el ingrediente activo de desloratadine, permite, incluso con una sola administración diaria, controlar eficazmente los síntomas asociados con la obstrucción nasal, estornudos y ojos llorosos.
La meta es alcanzar un perfil de seguridad satisfactorio, con una nueva generación de antihistamínicos que no provoquen los efectos secundarios de somnolencia y mayor apetito, a menudo causado por las primeras generaciones de fármacos antihistamínicos.
Formas de la rinitis alérgica
La rinitis alérgica actualmente se divide en cuatro formas: intermitente, leve persistente, moderada a severa.
Estos términos están reemplazando gradualmente las antiguas definiciones de la rinitis alérgica estacional y perenne.
En particular:
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Intermitente: síntomas se presentan durante menos de cuatro días a la semana o menos de cuatro semanas al año.
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Persistente: los síntomas presentan durante más de cuatro días a la semana y durante más de cuatro semanas al año.
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Leve: ausencia de trastornos relacionados, tales como problemas de sueño y la interferencia con la vida escolar, profesional y con las actividades diarias.
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Moderada-severa: disturbios a la hora de dormir o interferencia con la vida cotidiana.
La rinitis alérgica y el asma bronquial
El concepto unitario de inflamación alérgica de las vías respiratorias es apoyado por numerosos estudios que muestran rasgos similares a la rinitis alérgica, tanto en las vías respiratorias altas como en las bajas.
En la mayoría de los casos, la rinitis y el asma conviven por una predisposición genética hacia el desarrollo de la alergia.
La rinitis a menudo precede a la aparición del asma y es un importante factor de riesgo, así que debemos tener en cuenta una estrategia combinada para el tratamiento de ambas.
En un individuo que manifiesta síntomas de rinitis estacional, tratar solamente el asma significa arriesgar un brote de rinitis.
La segunda patología asociada con la rinitis es la conjuntivitis alérgica.
Las reacciones alérgicas generalmente afectan a la conjuntiva del ojo, que está ampliamente expuesta al polen.
La conjuntivitis alérgica puede ser estacional o perenne y casi siempre está asociada con la rinitis y el asma, rara vez se presentan en forma aisladas.
La forma perenne se manifiesta ya en la infancia temprana, mientras que la estacional aparece entre 20 y 40 años.
Los síntomas característicos son prurito, fotofobia, enrojecimiento de los ojos, sensación de cuerpo extraño y ojos llorosos.
En ocasiones cuando la rinitis se presenta en forma severa y bloquea las cavidades nasales, también pueden causar sinusitis.
Condición que afecta al 12-25% de la población europea, caracterizada por la inflamación de los senos paranasales (sinusitis frontales, maxilares, etmoides).
Los senos tienen conductos que drenan hacia la cavidad nasal, que como resultado de la inflamación alérgica se cierran dando lugar a un estancamiento de las secreciones, siendo el elemento clave en la determinación de una rinosinusitis, que puede ser aguda o crónica.
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…Es por tu salud!
Jacobo