Terapias especializadas ofrecen esperanza contra tipos de cánceres agresivos
Varias terapias nuevas especializadas han mostrado prometedores avances contra los cánceres de sangre, pulmones, ovarios y tiroides, según un estudio dado a conocer el día el sábado 31 de Mayo, es decir, ayer, en una de las más importante conferencia sobre cáncer de Estados Unidos.
Entre dichas terapias se dio a conocer un medicamento oral llamado ibrutinib, hecho por Pharmacyclics. Fue usado por ser muy activo contra la leucemia linfocítica crónica, aumentando la supervivencia en algunos pacientes cuyos cánceres no respondieron al tratamiento estándar de quimioterapia. La droga funciona bloqueando la propagación de las células cancerosas, además de inducirlas a autodestruirse.
Fue aprobada en Febrero por la US Food and Drug Administration para la leucemia linfocítica crónica, el tipo más común de leucemia.
Un estudio aleatorizado con una muestra cercana a las 400 personas de mediana edad, sesenta y siete años de promedio, con recidiva de leucemia linfocítica crónica demostró por primera vez una clara ventaja de un medicamento oral sobre quimioterapia, según la investigación presentada en la sociedad americana para la reunión de oncología clínica.
Con el nuevo medicamento ibrutinib, alrededor del 80 por ciento de los pacientes entraron en remisión en un año, el doble de la expectativa con la terapia estándar, dijo el investigador principal John Byrd, profesor de medicina de la Universidad Estatal de Ohio. Aunque el seguimiento fue corto en dicho estudio, los datos definitivamente apoyan el uso de ibrutinib en este escenario.
Otro tratamiento que ha mostrado un gran poder de reducción de los tumores tiroideos en comparación con un placebo, es el Lenvatinib, fabricado por Eisa Pharmaceuticals, que contribuyo a reducir los tumores de los pacientes. En comparación con un placebo, quienes recibieron el fármaco experimentaron una mediana 18 meses de remisión del cáncer, en comparación con 3,6 meses del placebo.
En el ensayo de fase III participaron casi 400 pacientes y fue dirigido por Martin Schlumberger, profesor de Oncología de la Universidad París Sud en Francia.
Gregory Masters, un experto de la American Society Clinical Oncology, dijo que la droga ofrece una opción eficaz razonable en relación con los efectos secundarios, que incluyen la presión arterial alta, diarrea, pérdida de apetito, pérdida de peso y nauseas.
Un tercer ensayo clínico para el ramucirumab, hecha por Eli Lilly, que bloquea el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en los tumores de pulmón no microcítico. Un estudio que involucro 1.253 pacientes con cáncer de pulmón de células no-pequeñas IV fase encontró que el fármaco permitía a los pacientes vivir una mediana de supervivencia de 10,5 meses después del diagnóstico, ligeramente más largo que los 9,1 meses del placebo.
Este es el primer tratamiento en aproximadamente una década para mejorar los resultados de los pacientes en el segundo ajuste de línea, según Maurice Perol, jefe de oncología torácica en el cáncer de investigación centro de Lyon, Francia.
Finalmente, un ensayo que utilizaba dos medicamentos experimentales que aún no han sido aprobadas por los reguladores mostró un aumento del tiempo de supervivencia en pacientes con cáncer de ovario recurrente.
Los fármacos olaparib y cediranib, producidos por el laboratorio británico AstraZeneca, mostraron una mediana de 17,7 meses de supervivencia sin progresión del cáncer, en comparación con los 9 meses de los pacientes a quienes solamente se les administro olaparib.
El análisis determino que es el primer estudio de cáncer de ovario de un fármaco que inhibe una enzima implicada en la reparación del ADN, conocida como PARP, que puede causar células cancerosas. Se necesitan más investigaciones para determinar si la combinación sería mejor que la quimioterapia estándar. Más del 80% de las mujeres con cáncer ovárico grave muestran un alto grado de recurrencia después de responder en forma positiva a la quimioterapia.
Las recaídas en los tratamiento de cáncer siempre han sido los mayores desafíos en el tratamiento, la buena noticia es que la medicina genómica está ayudando a superar estos retos mediante la revelación de nuevas formas de atacar el funcionamiento interno de una célula cancerosa
Si a dichos fármacos, le agregamos un estilo de vida acorde a la condición de enfermo de cáncer, las recaídas serían menos frecuentes y los períodos de remisión más duraderos.