Quedaron pendientes algunas cuestiones a tratar como ser: los factores de riesgo, la prevención y el tratamiento. Por cuestiones de espacio las abordaremos en esta segunda entrega.
Prevención
¿Podemos evitar la enfermedad?
Al ser causada por factores desconocidos, es imposible prevenir la espondilitis anquilosante. Sin embargo, mediante algunos cambios en el estilo de vida, es posible prevenir la exacerbación del dolor y disminuir la rigidez.
Es recomendable ejercicios de estiramiento para las articulaciones durante el día, previa consulta bien con su médico bien con la persona que le imparte la fisioterapia.
Algunos consejos para limitar el dolor
- Dormir en un colchón firme con una almohada plana o sin almohada.
- Dormir boca arriba o boca abajo, alternando y evitar en la medida de lo posible dormir sobre el lado.
- Practica de un deporte suave, como la natación.
- Evitar permanecer sentado o de pie mucho tiempo sin mover las articulaciones.
- Es prohibido totalmente llevar cargas pesadas.
- Aprender a proteger su espalda doblando las rodillas al levantar objetos.
- Mantener un peso saludable, el exceso de peso aumenta el dolor en las articulaciones.
- Dejar de fumar, fumar aumenta el daño a quienes padecen la enfermedad.
- Relajarse o practicar una actividad de relajación, el estrés puede exacerbar los síntomas.
Factores de riesgo
Un factor de riesgo es un evento que aumenta la probabilidad de padecer una enfermedad o condición, eso no implica la certeza de que va a contraer enfermedad alguna aún y cuando tenga los factores de riesgos asociados a dicha enfermedad. Los factores de riesgo asociados son:
- Edad el rango comprende desde los 20 hasta los 40 años, no obstante, se han dado casos a edades muy cortas.
- Antecedentes familiares, la probabilidad de contraer la enfermedad, aumenta en la medida que un pariente cercano la padece.
- Sexo, hay evidencia de que afecta en un pequeño porcentaje al sexo masculino, sobre el femenino.
- Gen, ser portador del marcador genético HLA-B27
- Enfermedades intestinales inflamatorias, padecer bien de colitis ulcerosa o de la enfermedad de Crohn
Tratamiento
Tratamientos médicos
No existe tratamiento para curar la enfermedad. Sin embargo, muchos medicamentos contribuyen a controlar los síntomas, reducir la inflamación y el dolor articular , al mismo tiempo que previenen retardan o corrigen las deformidades
Como la espondilitis anquilosante evoluciona por brotes, algunas personas necesitarán un tratamiento temporal para períodos mensuales dolorosos.
Otros, por el contrario, sufrirán una forma más activa de la enfermedad, con un alto riesgo de anquilosis. En estos casos, se aplica un protocolo llamado procesamiento en segundo plano. A menudo, por desgracia, los síntomas pueden reaparecer al detener el tratamiento.
Sin embargo, mediante los tratamientos actuales, la mayoría de las personas con espondilitis anquilosante pueden llevar una vida normal.
Fisioterapia
El ejercicio físico es uno de los aspectos importantes del tratamiento porque ayuda a mantener una buena postura y aumenta la capacidad respiratoria. Sin embargo se deben evitar todos los ejercicios que requieren un esfuerzo especial de la columna vertebral, así como deportes de contacto. Natación y algunos ejercicios de estiramiento que fortalezcan la espalda y el abdomen son especialmente beneficiosos.
Es aconsejable consultar a un fisioterapeuta que estructure un programa de ejercicios adaptado tanto a su dolor como a la la rigidez articular. Ejercicios de fortalecimiento muscular, especialmente aquellos que fortalecen la espalda, también son beneficiosos para mantener una buena postura.
Cirugía
En el caso de la espondilitis anquilosante severa, cuando las articulaciones están muy dañadas,puede ser necesaria la intervención quirúrgica. Para permitir la sustitución de la articulación dañada, a menudo la cadera por una articulación protésica. Este procedimiento permite restaurar la movilidad y aliviar el dolor.
Enfoques complementarios
No existen estudios que hayan demostrado la eficacia de las plantas, suplementos o enfoques complementarios para tratar específicamente la espondilitis anquilosante. Sin embargo, diversos enfoques, como la terapia de yoga o masajes, pueden traer alivio a los enfermos.