¿Cuál es mejor el ghee o el aceite de coco?
Existen diferencias sustanciales entre estas excelentes grasas, esta es una breve descripción de cada una.
Puedes elegir usar ghee o aceite de coco aunque la mejor opción es usar ambos tipos de grasas, tal y como hacen muchas personas.
Evolución hacia dietas ricas en grasa
La humanidad comenzó a consumir lácteos cuando comenzamos a domesticar animales en lugar de cazarlos.
Pronto aprendimos que la leche fresca de oveja, cabra, caballo o yak tenían algunos beneficios, además podía ser fermentada para mantenerla más tiempo fresca y su capacidad nutritiva aumentaba.
Solo han pasado 13.000 años desde que comenzamos a ordeñar los animales domesticados, o sea que la inclusión de los productos lácteos en la dieta de la humanidad es muy reciente en nuestra historia evolutiva.
Pudo haber sido difícil adaptarse a la leche animal al comienzo de su consumo, pero de alguna manera, hemos persistido en su ingesta.
Según algunos estudios, el 30% de los seres humanos han evolucionado para tolerar los productos lácteos.
Es una evolución excepcionalmente rápida e indica que hay algo en los productos lácteos que realmente necesitamos y es la grasa de la leche.
El otro 70% de nosotros generalmente deben evitar productos lácteos, excepto la mantequilla de ghee.
¿Qué es el ghee?
El ghee es grasa pura proveniente de la mantequilla.
Como todas las grasas 100% puras, no tiene proteínas, sólidos o azúcares, además es rica en vitaminas A, D y K
El ghee se obtiene una vez que se elimina la humedad, las proteínas y los azúcares de la mantequilla.
En otras palabras, es mantequilla clarificada.
Al carecer de agua, no hay salpicaduras cuando se utiliza para cocinar, así mismo, la falta de almidón y proteína, evita que se queme fácilmente.
La mantequilla, por el contrario, conserva rastros de suero y proteínas de caseína, así como lactosa, es decir, la azúcar de la leche.
Para muchas personas, estos rastros de suero, caseína y lactosa generan una serie de problemas que van desde los digestivos hasta las alergias.
El trabajo del sistema inmune es identificar las proteínas extrañas como virus y bacterias.
En ocasiones el sistema inmune ataca las proteínas de los alimentos y las de nuestro propio cuerpo, causando lo que en el ámbito médico se conoce como trastornos autoinmunes.
Ahora bien, el sistema inmune no ataca la grasa pura.
Así, las personas que tienen una elevada intolerancia a la leche pueden consumir perfectamente el ghee y saber que no van a desarrollar artritis, gases, distensión abdominal o problemas autoinmunes.
Resumiendo: Es rico en vitaminas, tiene un sabor familiar, apetecible y deja una agradable sensación en la boca y no hay anticuerpos como los que se presentan cuando consumimos mantequilla, crema u otros productos lácteos.
Por si todo lo anterior fuera poco es ideal para cocinar ya que no se quema ni produce salpicaduras.
Es un sabor familiar, va con todo y no desarrolla anticuerpos, se puede disfrutar de ese sabor mantecoso sin inconvenientes.
El aceite de coco
Los seres humanos hemos comido coco desde el principio de los tiempos.
Rara vez su consumo implica desarrollar problemas inmunes o alergias.
La carne, la grasa, el agua… todo el coco es una delicia, además tiene propiedades curativas antiinfecciosas, más allá de su valor calórico.
El aceite de coco también tolera el calor de la cocina mejor que la mantequilla o el aceite de oliva.
Otra de las ventajas de dicho aceite es que tiene una estructura formada principalmente por triglicéridos de cadena media (otros tipos de grasas saturadas son en su mayoría de cadena larga) lo que la vuelve altamente digestible.
Al ser fácil de digerir, prácticamente es innecesaria la intervención de la bilis y de las enzimas digestivas para descomponer el aceite de coco.
Esas propiedades lo convierten en un excelente alimento para las personas a las que se les ha extirpado la vesícula biliar o tienen mala digestión como las personas ancianas o enfermas.
Por otra parte, el aceite de coco carece de las vitaminas A, D y K que posee el ghee, lo que podría restarle méritos, de no ser por el ácido láurico, que le permite sustituir con mejor desempeño la leche materna que cualquier fórmula maternizada.
El aceite de coco tiene un sabor muy pronunciado y ciertos alimentos simplemente no maridan con su dulzura.
Además, a mucha gente en general no le gusta el olor o sabor, pero lo toleran por la variedad de recetas.
En cuanto a sabor, es mucho más delicioso el gusto del ghee, especialmente el grado más puro de ghee como el que se produce en la India.
Resumiendo: Lo ideal es mantener y usar ambas grasas, se pueden ir probando diferentes marcas en diferentes recetas.
Y usar el ghee cuando se desean los beneficios tanto de las vitaminas y como el sabor, ese mantecoso que, de otra forma, podría enfermarnos.
¿Ghee o aceite de coco? La decisión es tuya.
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Lo más importante… Tu salud