Antes, me hacia la misma pregunta de porque sin querer habÃa orientado de esa forma mis pasos, finalmente caà en la cuenta de que estaba actuando en modo piloto automático.
¿Qué es actuar en modo piloto automático? Simple y sencillamente es la forma en la cual acostumbramos a proceder a diario.
Cambiar los hábitos es bastante difÃcil, máxime cuando están bien arraigados, una persona que durante 20 años haya fumado, de forma instintiva y sin darse cuenta va a proceder a buscar la caja de cigarrillos para coger uno y fumar.
Si además agregamos lo adictivo de la nicotina, es fácil comprender porque es están difÃcil dejar de fumar: hábitos mas adicción necesitan mucho tiempo poder superarlos.
PodrÃa seguir presentando ejemplos de la tendencia que tenemos de actuar conforme a los hábitos, pero estoy seguro de que ya has caÃdo en la cuenta de cuando estas actuando en modo piloto automático.
Todos tenemos por lo menos una tendencia (y a menudo más) que obsesiona y quisiéramos cambiar, pero querer es una cosa, lograr es otra y ambas son distintas.
Estos son los principales aspectos de nuestra naturaleza que debemos cambiar, para poder enfrentarnos con éxito a los hábitos. Si controlamos dichos aspectos, habremos mejorado como seres humanos.
Resolver en el camino
Creer que podemos solucionar un problema a medida que avanzamos o como quien dice, en el camino se arreglan las cargas nunca da los resultados esperados.
¿Vas a «improvisar» y esperar renovar totalmente tus hábitos de beber? No funciona de esta manera, las investigaciones demuestran que los planes especÃficos son más fáciles de alcanzar.
Por cada hábito que deseas cambiar, es importante diseñar un conjunto de objetivos especÃficos y realistas que ayuden a lograr el cambio de dicho hábito. Por ejemplo, tomar té en lugar de vino o asistir a una clase de yoga en lugar de ir al bar.
Además, resolver los aspectos prácticos de antemano. Si tu objetivo es defenderte de la tentación de tomar una Copa de vino, entonces empieza a preparar tu mente para tomar té antes de llegar al sitio hacia donde te diriges, de lo contrario, corres el riesgo de ver una copa de vino en tu mano sin darte cuenta del momento en el cual la pediste.
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Es muy difÃcil reconocer un hábito, incluso cuando sabiendo que existe
Para cambiar un comportamiento, tienes que estar consciente de cuándo se está desarrollando, ¿verdad? Es más difÃcil de lo que parece. Los hábitos, por naturaleza, son actividades automáticas, dicho de otra manera, ocurren sin haber sido planificadas de forma anticipada.
Simple y sencillamente pasan por su propia cuenta porque es la manera que tenemos de hacer siempre las cosas y es un comportamiento más habitual en la vida de lo que crees.
Las investigaciones indican que aproximadamente el 40% de nuestro comportamiento cotidiano es habitual.
Para cambiar un hábito, debes detenerlo en seco. Pero ¿cómo anticiparse a la evolución de un hábito cuando no somos conscientes de el? La mejor manera de identificar el patrón de cualquier hábito que deseas cambiar es introduciendo cambios en tu vida
Estos cambios pueden ser tan extremos como mudarte a una nueva ciudad, o tan sencillos como reorganizar tu refrigerador. De repente, las señales previamente omnipresentes que estaban alimentando tu hábito -comer en exceso, por ejemplo— se han ido, y puedes adoptar un nuevo comportamiento.
Tan pronto como nos frustramos, dejamos de luchar contra los hábitos
No estás solo! Todos tenemos la tendencia a resistir el cambio en cierta medida, especialmente cuando el cambio significa un descanso de la manera en la que siempre hemos hecho las cosas.
El ejemplo clásico: Sucumbir a una sola tentación, por ejemplo un chocolate, y dejar que se descarrilen por completo los hábitos de alimentación saludables que has estado trabajando por adoptar durante semanas.
Se necesita todo un proceso repetitivo para crear un hábito nuevo, entre 15 a 250 dÃas de repetición, de hecho. Es importante no dejar que los inevitables reveses a lo largo del camino pesen más de lo que has conseguido.
Pretender un cambio total de inmediato
Las estadÃsticas son infames: sólo el 8% de las personas alcanza las resoluciones adoptadas para el año nuevo. Un 33% incluso no llegan hasta febrero.
¿Cual es el problema? El problema es que nos proponemos alcanzar un conjunto de metas por demás irrealizables al mismo tiempo, es decir, queremos renovar nuestras dietas, leer más libros, pasar más tiempo con la familia y cortar la cadena que nos mantiene esclavizados a nuestros escritorios y un largo etcétera, todo al mismo tiempo.
No hay tanta fuerza de voluntad para enfrentarse con éxito a tantos desafÃo al mismo tiempo, lo mejor es tratar de elegir un solo hábito y concentrarse en el y darle tiempo.
Una vez que has llegado a la la fase de mantenimiento del nuevo hábito, lo que lleva al menos 6 meses, puedes enfocar tus miras en alcanzar un segundo nuevo hábito.
Los cambios son muy difÃciles de lograr, la naturaleza humana tienen la tendencia de llevarnos al autocastigo cuando siente que está fallando. De hecho, el soliloquio negativo es uno de los malos hábitos más generalizados y del cual todos queremos desprendernos.
Decirse uno mismo, que quiere cambiar los hábitos alimenticios porque esta obeso y carece de autocontrol no servirá de mucho. Estudio tras estudio tras estudio han demostrado que el cambio verdadero y duradero es más posible cuando tiene sus raÃces en el pensamiento positivo.
Asà que es hora de ir dejando los miedos y remordimientos en el pasado y replantear las metas como cambios saludables que haces porque eres fuerte y puedes lograrlo.
You can do it!!!
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Es por tu salud!
Jacobo