Es comprensible preocuparse por los trastornos alimenticios que tiene una persona de nuestro más cercano entorno. Es difÃcil ver que un ser querido se daña de forma voluntaria, máxime cuando la solución es compleja.
El origen de un trastorno alimenticio se debe de buscar en problemas emocionales subyacentes, ya sean debidos a problemas laborales, a cargas financieras excesivas, a deseos o anhelos difÃciles de cumplir o a una combinación de varios factores.
Lo que si es seguro es que dichos trastornos no persiguen como objetivo último la delgadez, impuesta de moda de forma irresponsables por grupos ligados a los estilos de vida; Tampoco hay que buscar sus causas en aversión a la comida.
Cuando se padece de este tipo de condición, es vital dar apoyo a la persona que lo padece, ya que los intentos por obligarlo a cambiar son vanos, estériles y por demás frustrantes.
En la medida que perciben el apoyo, en esa medida están más dispuestos a someterse a tratamientos, algo que es un avance en la solución del problema.
Los hábitos alimenticios poco saludables son sencillos de superar, en comparación con los trastornos de alimentación, que tienen un mayor grado de complejidad que aquellos, debido a las perturbaciones extremas en las conductas alimenticias, bien por la adopción de dietas rÃgidas, bien por los atracones en secreto, por los vómitos posteriores a las comidas o el control excesivo de las calorÃas consumidas.
Básicamente, existe una distorsión en cuanto al peso, a la imagen y por supuesto la alimentación, fomentando de esa forma conductas dañinas.
Al padecer de un desorden alimenticio, la comida es la herramienta que les permite pelear con emociones negativas y la restricción en los alimentos, sintiéndose con el control de la situación.
Los atracones de comida supone un alivio transitorio de sentimientos como la tristeza, el enojo, o la soledad. El uso de laxantes para purgarse son utilizados para plantar cara a los sentimientos de inutilidad y rencor hacia sà mismo.
En función del tiempo, los pacientes pierden la aptitud de verse ellos mismos de forma objetiva y su obstinación por la comida, el peso y la imagen corporal termina por tiranizar todos y cada uno de los aspectos en su vida.
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Mitos sobre los trastornos alimenticios
- Solo las personas con bajo peso padecen desórdenes alimenticios: Los trastornos alimenticios son independientes del aspecto y tamaño. Muchas personas con trastornos alimentarios son de peso promedio o con sobrepeso.
- Solamente los adolescentes y las mujeres jóvenes son afectadas por trastornos de la alimentación: Los trastornos alimenticios son más comunes en mujeres jóvenes en la adolescencia y comenzando los 20 años. Pero es posible encontrar hombres y mujeres de todas las edades que padecen de trastornos alimenticios.
- Las personas con trastornos alimentarios son vanidosos: No es vanidad lo que lleva a quienes sufren de trastornos de la alimentación a seguir dietas extremas y ha obsesionarse con sus cuerpos.Son intentos para lidiar con sentimientos de vergüenza, ansiedad e impotencia.
- Los trastornos de alimentación no son realmente tan peligrosos: Los trastornos de la alimentación puede conducir a problemas de salud irreversibles e incluso potencialmente mortales.Por ejemplo, enfermedades del corazón, pérdida de masa ósea, crecimiento atrofiado, infertilidad y daño renal.
Los tipos de trastornos alimenticios
Los trastornos alimenticios más comunes son anorexia, bulimia y trastorno por atracón:
1. Anorexia
las personas con anorexia pasan hambre debido a un intenso temor por engordar. Aún y cuando tienen un aspecto demacrado, nunca creen que están lo suficientemente delgados.
Además de restringir las calorÃas, también controlan su peso con ejercicios, pÃldoras de dietas o purgas.
2. Bulimia
Implica un ciclo destructivo de atracones y purgas. A raÃz de un episodio de atracones fuera de control, las personas bulÃmicas toman medidas drásticas para purgarse de las calorÃas extras.
El aumento de peso lo controlan mediante vómito, ejercicios y/o laxantes.
3. Trastorno por atracón
Las personas con trastorno por atracón comen en exceso de forma compulsiva, consumiendo rápidamente una cantidad elevada de calorÃas en un corto periodo de tiempo.
A pesar de los sentimientos de culpa y vergüenza sobre estas parrandas secretas, se sienten incapaces de controlar su comportamiento o dejar de comer ni siquiera cuando están llenos hasta el hartazgo.
Señales de alerta
En las primeras etapas, puede ser difÃcil poder diferenciar entre un trastorno alimenticio y problemas de peso o dietas.
Al progresar los trastornos alimenticios, las banderas rojas son más fáciles de localizar.
Pero la persona con trastorno alimenticio hará a menudo grandes esfuerzos por ocultar el problema, asà que es importante conocer las señales de advertencia.
Restricción de alimentos o dieta
Los signos más evidentes de trastornos de la alimentación implican comportamientos restrictivos en la alimentación.
Al padecer de un desorden alimenticio con frecuencia implica saltarse comidas o excusas para evitar comer, haber comido antes, no tener hambre o alegar un malestar estomacal.
También puede pretender que los alimentos que solÃan ser los favoritos, ya no le gustan.
Cuando comen pueden tomar pequeñas porciones, comer alimentos bajos en calorÃas u obsesivamente contar calorÃas, leer las etiquetas de alimentos y pesar las porciones.
En un esfuerzo por frenar el apetito, pueden llegar a tomar pÃldoras de dieta, medicamentos estimulantes como Adderall, Ritalin o incluso drogas ilegales como el speed.
1. Atracones
Algunas personas con trastornos de la alimentación comen normalmente en entornos sociales, el atracón se lo dan en secreto, usualmente en horas avanzadas de la noche o en un lugar privado donde no pueden ser descubiertos o perturbados.
Las señales evidentes de advertencia de atracones incluyen la gran cantidad de envoltorios de comida vacÃos, las alacenas y refrigeradores vacÃos y la creación a escondidas de grandes reservas de alimentos altos en calorÃas como postres y comida chatarra.
2. Uso de laxantes
Las personas con trastornos de la alimentación pueden purgarse para vomitar, ayunar, ejercicio fuerte o uso de diuréticos y laxantes.
Signos comunes de purga incluyen: justo después de una comida desaparecen o hacer viajes frecuentes al baño.
Cuando están vomitando, pueden hacer correr el agua para amortiguar el sonido y el uso de enjuague bucal, mentas para el aliento o perfume para disimular el olor.
3. Imagen y apariencia corporal distorsionada
Si era una persona cuidadosa de su imagen, el descuido de la apariencia ofrece pistas de un un problema subyacente.
Pérdida de peso significativa, rápido aumento de peso y fluctuaciones constantes en el peso son posibles señales de advertencia.
Una persona con trastorno alimenticio también puede usar ropa holgada o varias capas en un intento de ocultar la dramática pérdida de peso.
Otras señales de advertencia incluyen una imagen distorsionada o una preocupación obsesiva por el peso.
Por ejemplo, se puede quejar constantemente de estar gorda a pesar de su dramático estado fÃsico o pasar horas delante del espejo, inspeccionando y criticando cada parte de su cuerpo.
Señales de advertencia
- Preocupación por el cuerpo o peso.
- Obsesión con calorÃas, alimentos o nutrición.
- Practica constante de dietas, incluso estando delgado.
- Pérdida de peso rápida o aumento de peso inexplicable.
- Tomar laxantes o pastillas para adelgazar.
- Ejercicio compulsivo.
- Excusas para salir de comer.
- Evitar las situaciones sociales que involucran alimentación.
- Ir al baño justo después de las comidas.
- Comer solo, en la noche, o en secreto.
- Reservas de comida rica en calorÃas.
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Ayudando a un ser querido
Cuando observamos las señales de advertencia de un desorden alimenticio, podemos ser reacios a decir algo por temor a equivocarnos, a escuchar algo malo, o por que podrÃamos alienar a la persona.
Aunque sin duda es difÃcil hablar de un tema tan delicado, no hay que dejar de expresar la validez de esas preocupaciones.
Las personas con trastornos alimenticios a menudo tienen miedo de pedir ayuda. Algunos luchan hasta para encontrar una manera de iniciar una conversación acerca del problema, mientras que otros tienen tan poca autoestima que simplemente sienten que no merecen ayuda.
Los desordenes de la alimentación pueden empeorar sin tratamiento, el daño fÃsico y emocional puede ser severo. Cuanto antes comiencen a recibir ayuda, sus posibilidades de recuperación son mayores.
Hablando con el enfermo
Al intentar establecer contacto con una persona que padece un desorden alimenticio, es importante comunicar sus preocupaciones de una manera cariñosa, evitando al máximo llegar a las confrontaciones.
Es vital escoger el momento ideal para hablar con la persona en privado y luego explicar sus preocupaciones. Trate de permanecer positivo, tranquilo, centrado y respetuoso durante las conversaciones.
El paciente puede negar que padezca trastornos alimenticios o puede incluso llegar a enojarse y ponerse a la defensiva.
Sin embargo, es importante evitar rendirse. Puede tomar algún tiempo antes de que dicha persona esté dispuesta a abrirse y confesar tener un problema.
Aún asÃ, tan difÃcil como es saber que alguien que uno quiere tiene un desorden alimenticio, no se puede forzar a nadie a cambiar. A menos que sea un niño pequeño, la decisión de buscar la recuperación tiene que venir del enfermo.
Pero se puede ayudar estableciendo claramente que está ahà para ayudarle, con su compasión y apoyo, cuando están listos para enfrentar el problema.
¿Cómo hablar sobre un desorden alimenticio?
Tenga cuidado de evitar declaraciones acusatorias o crÃticas, sólo hará que la persona se ponga a la defensiva. En cambio, hay que centrarse en los comportamientos especÃficos que preocupan.
- Los sentimientos y las relaciones son lo importante, no el peso y la comida: Compartir los recuerdos de momentos especÃficos cuando se sintió preocupado acerca de su conducta alimenticia.Explicar que cree que esta conducta puede indicar la existencia de un problema que necesita ayuda profesional.
- Preocupación por su salud: Pero que se respeta su privacidad. Los trastornos de alimentación suelen ser un grito de ayuda y apreciarán conocer su preocupación.
- No comentar cómo lucen, la persona ya está muy consciente de su cuerpo, comentarios sobre el peso o su aspecto sólo refuerzan su obsesión con la imagen corporal y el peso.
- Asegúrese de no transmitir ningún perjuicio, o reforzar su deseo de adelgazar más. Si dice que se siente gordo o que quiere perder peso, no le diga No estás gordo.En cambio, sugiera explorar sus temores de ser gordo, y lo que ellos piensan que pueden alcanzar por estar delgado.
- Evite las luchas: No exija cambios, evite criticar los hábitos alimenticios.Quienes sufren de trastornos alimenticios están tratando de tener el control, ya que noo se sienten en control de su vida. Tratando de engañar o forzarlos a comer puede empeorar aún más la situación.
- Evite culpar: No culpe a la persona con respecto a sus acciones o actitudes. No lo acuse de estar actuando irresponsablemente. En su lugar, utilice declaraciones, por ejemplo: estoy preocupado porque te niegas a comer tu desayuno o el almuerzo o, me da miedo cuando escucho tus vómitos.
- Evite dar soluciones simples. Por ejemplo, si dejaras de comer de esa forma, te curarÃas.
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Ayudar al niño con un trastorno alimenticio
Muchos niños con un trastorno alimenticio va a reaccionar defensiva y airadamente cuando se enfrentan por primera vez a la realidad del desorden alimenticio que padecen.
Además de los problemas de salud, los niños que tienen un trastorno alimenticio probablemente carecen de diversión.
Tienden a alejarse de amigos y encerrarse en sà mismos, evitando salir a comer pizza con sus amigos, por ejemplo, o disfrutar de una fiesta de cumpleaños.
Si sospecha que su hijo tiene un desorden alimenticio pero él o ella niegan estar sufriendo ese problema, lo mejor es reservar una cita con su pediatra o médico de cabecera o pedirle a un consejero escolar, lÃder religioso o amigo de confianza la ayuda necesaria.
A menudo a los niños les resulta más fácil admitir que tienen un problema con alguien fuera de su familia inmediata. Un médico también será capaz de determinar si hay alguna señal de los graves problemas de salud asociados con un desorden alimenticio.
Además, los especialistas en desorden alimenticio se utilizan para tratar con niños que se niegan a admitir que tienen un problema. Tienen experiencia lidiando con la negación de la condición y que un niño se sienta cómodo hablando sobre el problema.
Consejos para los padres de un niño con un trastorno alimenticio
Puede ser profundamente angustiante para los padres saber que su hijo está luchando con un desorden alimenticio. Además de asegurarse de que su niño recibe la ayuda de un profesional que necesita, algunas otras sugerencias le pueden ayudar:
- Examinar sus propias actitudes sobre la comida, peso, imagen corporal y tamaño del cuerpo: Piense en la manera que personalmente se ven afectadas por las presiones de la imagen corporal y compartirlas con su hijo.
- Evitar tácticas de amenazas, arrebatos, enojos y humillaciones: Tenga en cuenta que un desorden alimenticio es a menudo un sÃntoma extremo de emociones y de estrés.Un intento de manejar el dolor emocional, el estrés y el odio a sà mismo. De tal forma que la comunicación negativa sólo empeorará la situación.
- Establecer lÃmites cariñosos y consistentes para su hijo: Por ejemplo, saber cómo responderá cuando su hijo quiere saltarse las comidas o comer solo, o cuando se enojan si alguien ingiere sus alimentos especiales.
- Permanecer firmes: Independientemente de las súplicas de no hacer y prometer que el comportamiento se detendrá, tiene que estar muy concienciado por la situación que está pasando su hijo y obligarlo a acudir al médico o al hospital.Tenga en cuenta que tan grave son los trastornos alimenticios.
- Promover la autoestima: Hacer todo lo posible para que su hijo aprenda a valorarse, mediante el esfuerzo intelectual, deportivo y social.Dar a los niños y niñas las mismas oportunidades y estÃmulos. Una sensación equilibrada de sà mismo y una autoestima sólida son quizás los mejores antÃdotos para evitar comer en forma desordenada.
- Anime a su niño a encontrar maneras saludables de manejar sentimientos desagradables: Como el estrés, ansiedad, depresión, soledad o el odio hacia uno mismo.
- Recuerda que no es su culpa: Los padres se sienten a menudo que deben tomar responsabilidad por el desorden alimenticio, lo cual es algo sobre lo que verdaderamente no tienen control.Una vez que aceptas que el trastorno alimentario no es culpa de nadie, puede ser liberador tomar acciones honestas, sin estar nublado por lo que debe o podrÃa haber hecho.
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Además de ofrecer apoyo, lo más importante que puede hacer por una persona con un desorden alimenticio es animarlo a buscar tratamiento.
Mientras más tiempo permanece un trastorno alimenticio sin diagnóstico ni tratamiento, más difÃcil es para el cuerpo, peor aún la superación se vuelve más complicada, razones de sobra para instar a buscar la ayuda de un médico inmediatamente.
Un médico puede evaluar los sÃntomas, proporcionar un diagnóstico preciso y filtrar problemas médicos que podrÃan estar involucrados, también puede determinar si existen condiciones coexistentes que requieran tratamiento, tales como depresión, abuso de sustancias o un trastorno de ansiedad.
Si es renuente a ver a un médico, pÃdale un examen fÃsico para que las preocupaciones no lo agobien.
Tratamientos para los trastornos alimenticios
Hay muchas opciones de tratamiento para trastornos alimenticios. El enfoque correcto para cada individuo depende de sus sÃntomas especÃficos, temas y fortalezas, asà como la severidad de la enfermedad.
Para ser más eficaz, el tratamiento para un desorden alimenticio debe abordar los aspectos fÃsicos y psicológicos del problema.
El objetivo es tratar cualquier tipo de necesidad médica o nutricional, promover una relación saludable con la comida, y enseñar formas constructivas para hacer frente a la vida y sus desafÃos.
A menudo, una combinación de terapia, asesoramiento nutricional y grupos de apoyo funciona mejor. En algunos casos, el tratamiento residencial u hospitalización puede llegar a ser necesario.
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- Terapia: Individual o grupo pueden ayudar a explorar las cuestiones subyacentes al trastorno alimentario, mejorar su autoestima y aprender maneras saludables de responder al estrés y dolor emocional.Terapia familiar también es eficaz para tratar el impacto del desorden alimenticio en toda la unidad familiar.
- Asesoramiento nutricional: Los dietistas o nutricionistas están implicados con frecuencia en el tratamiento de trastornos de la alimentación.Ellos pueden ayudar a diseñar planes de comidas, establecer metas dietéticas y lograr un peso saludable.
El asesoramiento nutricional implica también la educación sobre nutrición básica y consecuencias para la salud de los trastornos de la alimentación. - Grupos de apoyo: Asistir a un grupo de apoyo del desorden alimenticio pueden ayudar a la persona a sentir menos solo y avergonzado.Dirigido por quienes padecieron de la misma condición en lugar de profesionales, los grupos de apoyo proporcionan un ambiente seguro para compartir experiencias, consejos, ánimo y estrategias de afrontamiento.
Tratamiento residencial, atención residencial o en el hospital puede ser necesaria cuando hay comportamiento de problemas fÃsicos severos, como una resistencia al tratamiento, problemas médicos que requieren supervisión de un médico, o la pérdida de peso constante.
Hospitalización por un desorden alimenticio puede ser necesaria si:
- Desnutrición extrema.
- Depresión severa o indicios de suicidio.
- Sufrir complicaciones médicas.
- La condición empeora a pesar del tratamiento.
CuÃdese mucho y tenga paciencia
Hemos llegado prácticamente al final, sin embargo hay un último detalle que se debe de tener en consideración y que bajo ningún motivo debe ser pasado por alto.
Es sobre uno mismo, es decir, no hay que estar tan preocupado por la condición que padece bien el amigo, nuestra esposa o el hijo o hija, que al final estemos descuidando nuestras propias necesidades y en lugar de un enfermo, sean dos las personas con la salud afectada.
Es vital saber que contamos con el apoyo suficiente para que a su vez lo podamos proporcionar.
No importa si ese apoyo proviene de un amigo de confianza, un grupo de apoyo o sus propias sesiones de terapia, lo que importa es tener una salida para hablar sobre nuestros propios sentimientos y emociones.
También es importante programar una hora al dÃa, por angustiante que pueda ser la situación, para relajarnos y hacer las cosas que disfrutamos, de tal modo que el agobio por el trastornos alimenticio que se está dando en nuestro entorno no complique más la situación y terminemos por caer nosotros mismos en una crisis de nervios u otra enfermedad más compleja.
Cuando se padecen trastornos alimenticios, la recuperación lleva su tiempo.
No existen soluciones rápidas o milagrosas, asà que es importante tener paciencia y compasión.
No presionar de forma innecesaria al enfermo estableciendo metas poco realistas o exigir avances en su propio calendario. Brindar esperanza y aliento, alabar cada pequeño paso hacia adelante y mantener una actitud positiva a través de luchas y contratiempos.
SerÃa increÃble si compartieras este post en tus redes sociales, permitirÃa que pudiera ayudarle a más gente.
Lo más importante…Tu salud!