¿Podemos podar el pasto, césped, hierbas o grama del jardín, para usar esos restos y consumirlos en la ensalada? ¿Por qué no? Es verde, es una planta similar a las espinacas, col rizada, acelga y el brócoli.
¿Por qué no podemos comer los verdes y frondosos recortes, con el aderezo favorito o mezclado en una cazuela y servir con orgullo a toda la familia nuestra creación?
Será por qué ¿caminamos sobre él y el perro lo fertiliza, al hacer sus deposiciones? ¿Los niños del vecindario cortan por el patio trasero para ir a vagar?
Se podría cercar una zona para mantenerla limpia y usar los restos de la grama.
Bueno, supongamos que lo hago y recojo la grama fresca recién podada y preparo una suculenta ensalada ¿qué pasaría?
Con seguridad que terminaríamos con retortijones, dolor abdominal, diarrea y otros efectos por el estilo.
Como todo el mundo sabe, lo que entra a través de la vía digestiva, sale.
Aunque en ocasiones tarde más del tiempo previsto, debido al estreñimiento, pero termina por salir.
Pero en el caso que nos interesa, es decir, en mi recién ensalada elaborada con los brotes verdes de la grama cortada del patio, todo, absolutamente todo sale sin digerir.
Causando un verdadero desastre, cuyos resultados se hacen notar en el retrete.
¿A qué se debe lo anterior? Se debe a que los seres humanos somos incapaces de digerir los componentes de las gramíneas.
Los rumiantes, tales como las vacas, ovejas, cabras; tienen un sistema digestivo evolucionado que les permite digerir pastos.
Poseen una almohadilla dental para ir reemplazando los incisivos superiores, que van creciendo continuamente reemplazando el esmalte desgastado por las partículas de los pastos.
Tienen una capacidad tremenda para masticar el bolo alimenticio, produciendo más de 100 litros de saliva por día, un estómago formado con 4 compartimientos, una flora intestinal con microorganismos únicos que les permite digerir la celulosa, un colon alargado en forma espiral.
En fin, adaptaciones que los humanos no poseemos.
Nuestros dientes salen solamente dos veces durante toda la vida.
Teniendo que conformarnos con las piezas que se formaron durante los años de la pre adolescencia.
Una vez que los perdemos, es para siempre.
No podemos masticar el bolo, nuestra producción de saliva es tan solo un exiguo litro por día.
El estómago que tenemos es pequeño, formado por un solo compartimiento y un colon corto.
A pesar de sus casi 6 metros de longitud, con sólo un par de vueltas y mínima capacidad para digerir la celulosa.
Todo lo anterior nos permite comprender por qué no podemos comer también la corteza de los árboles.
En definitiva, los seres humanos somos incapaces de digerir los pastos, grama, césped, o como quieran llamar.
En otras palabras, no podemos consumir las plantas de la familia biológica Poaceae.
Las plantas comestibles, tales como la espinaca y el brócoli, no son miembros de esta familia.
La espinaca pertenece a la familia Amaranthaceae y el brócoli pertenece a la familia Brassicaceae.
Todas las gramíneas caen bajo la familia Poaceae.
Las que incluyen raigrás, el pasto azul de Kentucky que da un aire de modernidad a los céspedes, así como, IMPORTANTE, el trigo, centeno, cebada, maíz, avena, arroz y otros granos.
Las gramíneas están formadas por raíces, tallos, hojas, cáscaras y granos.
Como somos totalmente incapaces de digerir las hojas, tallo, raíces o cáscara de las gramíneas, recurrimos entonces a consumir los granos provenientes de las gramíneas.
Incluso entonces, se hace necesario un extenso procesamiento para tratar de hacerlos digeribles: secar, moler, reconstituir con agua, levadura de cerveza y hornear para la harina de trigo, por ejemplo.
El maíz no se ve como una hierba porque la mazorca es realmente una mutación del grano, una mutación grotesca del teosinte y el maíz original, si pudiéramos verlo, no podríamos distinguirlo de cualquier otra gramínea, sin esa mazorca enorme a la vista.
A pesar de todos estos esfuerzos en el procesamiento para facilitar su consumo, la mayoría de los componentes de las semillas provenientes de las gramíneas, así como con el resto de las plantas de las hierbas, siguen siendo indigestas.
Significa que las proteínas como la aglutinina del germen de trigo, WGA por sus siglas en ingles, así como en el centeno, cebada y arroz, permanecen intactas luego del proceso de digestión humana.
Y las proteínas prolamina, tales como la gliadina en el trigo, secalina del centeno, hordeínas en la cebada, zein en el maíz, aveninas de la avena y la kafirina del sorgo, son asimismo completamente indigerible o sólo parcialmente digeribles, es decir, no se descomponen en aminoácidos individuales, tal y como hacemos con, digamos, las proteínas provenientes de los huevo o la carne.
La aglutinina del germen de trigo, WGA, no digerida ejerce efectos gastrointestinales e inflamatorios perjudiciales a su paso por el sistema digestivo humano, tales como el bloqueo de la vesícula biliar y la función pancreática, ejerciendo un efecto directo y tóxico en el tejido intestinal.
La gliadina no digerida es el primer paso en el desencadenamiento de la autoinmunidad, los fragmentos de gliadina parcialmente digeridos actúan como péptidos opiáceos, con efectos sobre el cerebro humano, entre los que se incluyen estimulación del apetito y la paranoia.
Es por lo tanto la naturaleza indigesta de los pastos, césped, gramas, hierbas o como quieran llamarlas, recordad que son miembros de la misma familia, lo que explica por qué tantos efectos inesperados y peculiares se desarrollan en los seres humanos, cuando intentamos consumir las semillas de las gramíneas.
Los especialistas en alimentos, los dietistas y el personal de agricultura como los de la USDA, seguramente personas inteligentes, reconocen el carácter problemático para los humano al consumir las gramíneas, pero no lo dan a conocer.
En lugar de advertir, promueven el consumo de dichos derivados hasta reventar, a través de las normas dietéticas de Estados Unidos y otros mecanismos publicitarios.
Consejo que no es que sea malo para nuestra especie; en realidad es devastador con resultados que incluyen enfermedades que van desde la obesidad, diabetes, enfermedades autoinmunes, enfermedades psiquiátricas como la depresión, trastornos alimenticios, erupciones cutáneas, convulsiones y otras formas de trastornos neurológicos, como la demencia, y los cánceres gastrointestinales, hasta hipertensión y enfermedades cardíacas, por nombrar unos pocos.
De ahí que sea crucial contrarrestar todos los efectos disruptivos en la salud de años después de haber estado errónea y trágicamente consumiendo los granos provenientes de las gramíneas.
Para finalizar: Los perros y los gatos, demuestran mayor inteligencia que los seres humanos sobre las gramíneas. Se la comen después haber tragado algo por error y necesitan vomitar, en otras palabras, la usan como vomitivo, más claro, imposible.
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Lo más importante…Tu salud!
Jacobo