La contaminación agrava las alergias e intolerancias
¿Qué pasaría si nuestra comida favorita se convirtiera en el peor enemigo? ¿Si un simple paseo al aire libre nos produjera picazón, asma y otros malestares?
Ya estoy cayendo en la paranoia conspiracionista pero me temo que un día de estos con seguridad que podre ver y más pronto de lo que sospecho una de esas películas inquietante sobre epidemias de alergias e intolerancias alimenticias que estamos viendo en los países subdesarroladoss, puesto que estamos llegando a una situación en la cuál la contaminación podría causar intolerancias y alergias.
Las causas más comunes son la predisposición genética y la sensibilización debido a la exposición a los alérgenos. Algunas teorías también se refieren a la higiene excesiva o estilo de vida occidental son las causantes del actual estado de cosas. El medio ambiente, en particular la de nuestras ciudades juegan un papel importante. Durante millones de años hemos evolucionado en contacto con un número finito de sustancias, a partir del siglo pasado, su número ha ido creciendo enormemente, así que nuestros cuerpos, en particular el sistema inmune puede sufrir trastornos y tener reacciones de defensa al contacto con sustancias tan importantes en el eslabón de la vida como los son el polen o las fruta. Esto explicaría el aumento de personas que sufren trastornos relacionados con reacciones alergicas e intolerancias.
Diariamente entramos en contacto más o menos conscientemente al menos con 100 productos químicos sintéticos a través de los alimentos, el agua y el aire que respiramos, la contaminación de los alimentos y el medio ambiente constituyen un factor de riesgo para varias enfermedades tales como asma, Dermatitis y pueden conducir a un estado de estrés con sensibilización química.
Entre las sustancias a las que más estamos expuestos en la vida cotidiana están los gases de combustión (residuos, cigarrillos, procesos industriales), escape de los gases de los automóviles y productos para el hogar, detergentes, perfumes, pinturas, pegamentos, desinfectantes, insecticidas, repelentes de polilla.
Contaminantes que agravan la situación al interactuar con el polen y fortalecer el efecto alergénico. Los óxidos de nitrógeno y ozono, componentes típicos del smog producto del tráfico, por ejemplo, están entre los principales elementos de esta interacción entre el polvo y el polen que puede desencadenar reacciones alérgicas graves como el asma y otros problemas respiratorios.
Además de respirar también tenemos que beber y comer cada día y es quizás el componente en el que sea más fácil la intervención para reducir la exposición. La calidad de los alimentos es esencial para reducir los efectos de los contaminantes, por este motivo es aconsejable tomar alimentos que no han estado expuestos a plaguicidas y herbicidas, es decir, ecológicos.
En particular hay dos fases de la vida en la cual es esencial para reducir esta exposición, el embarazo y los primeros años de la vida del niño. Para prevenir y reducir las posibilidades de desarrollar la sensibilización química es vital evitar la exposición a sustancias nocivas como humo, pintura, disolventes, desinfectantes, gases de escape, hacer uso de medicamentos sólo cuando sea absolutamente necesario, la elección de alimentos sin procesar y trata de variar dichos alimentos tanto como sea posible.
Si se sospecha de problemas y tiene la duda de tener alergias e intolerancias es preferible recurrir a especialista médicos y realizar pruebas específicas. Luego la contaminación no es en sí misma no es causa de las alergias e intolerancias pero pueden agravar los efectos y empeorar los síntomas en sujetos predispuestos.