El retrete, letrina, toilette o como gusten llamarlo, algunos nombres son bien descriptivos, pero el sentido de la decencia me impide darle rienda suelta a la zafiedad que llevo dentro.
Asà que en un verdadero alarde de disciplina, me voy a abstener a mencionar esos nombres tan propios del ingenio popular y que demuestran la ocurrencia del pueblo.
Volviendo al tema en si, es decir a los retretes, es un espacio al que todos debemos acudir, con cierta regularidad dependiendo del estado de nuestro sistema digestivo.
Desde que tenemos aproximadamente unos tres años de edad nos educan para aprender a usar dicho habitáculo, de tal forma que la necesidad fisiológica asociada al retrete se desarrolle en ese lugar.
AsÃ, pasan por ese espacio, jóvenes, adultos y ancianos, por supuesto que las mujeres también visitan dicho lugar.
Independientemente de si han ganado el tÃtulo de Miss Universo, son jóvenes que trabajan como cajeras en el supermercado, han ganado el máximo premio de la academia de Hollywood, han recibido algún premio Nobel, desempeñan algún cargo polÃtico de suma importancia o es nuestro sueño hecho realidad.
Resumiendo que tanto hombres como mujeres, sin distingo de edad, ni cargo u ocupación, mucho menos del estado particular de sus finanzas, es decir, todos los seres vivientes tenemos que hacer uso del retrete.
Es decir, todos, absolutamente todos los humanos evacuamos los residuos sólidos provenientes de la alimentación.
En casa, por lo general el retrete esta inmaculadamente limpio y bien provisto del material necesario para la limpieza una vez que se ha cumplido con el protocolo que impone la visita a esa zona de la vivienda.
Lo peor que puede pasar es que la tapa superior tenga unas cuantas gotas de orines, debido a que un hijo o uno mismo, con seguridad de sexo masculino, olvido o no quiso levantar la tapa.
Detalle este que la darse de forma recurrente, provoca las justas iras de las mujeres que habitan la misma casa y ya se entiende el por que de la alteración.
Pero, lamentablemente, en ocasiones nos toca hacer uso del retrete fuera de casa, bien en una tienda, restaurante, en el trabajo, en el cine, en fin, en cualquier lugar que nos pegue la necesidad de evacuar los intestinos, hablando ya en términos finolis.
En los restaurantes, por norma general siempre están aseados, máxime si pertenecen a alguna cadena de comida rápida, pero en otros lugares, en más de una ocasión me ha tocado vivir vivir una de las 4 pesadillas más frecuentes en el retrete:
1. No hay papel higiénico en el retrete
Horror, entrar al retrete de X lugar, bajarse la ropa, evacuar los intestinos y buscar el papel higiénico.
Justo en ese momento nos damos cuenta que alguien gasto todo el papel y el encargado de mantenimiento paso por alto reponer el papel higiénico.
Las posibilidades de resolver esta pesadilla son pocas:
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Pedir papel al vecino de al lado, en caso de haber varios retretes.
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Si los retretes restantes están vacÃos, cambiarte de retrete con los calzoncillos o bragas a medio subir y resolver la situación en el otro retrete, siempre y cuando haya papel disponible.
A veces tampoco hay.
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Subirte la ropa interior con toda dignidad y salir corriendo hacia algún otro retrete, donde tratar de solucionar el problema, en última instancia procurar regresar a casa.
Moraleja: Antes de comenzar a evacuar asegúrate de que hay papel disponible.
Asà puedes cambiar de retrete, siempre y cuando el intestino lo permita.
Por otro lado es conveniente llevar siempre un paquete de pañuelos de papel, en previsión de lo que pueda pasar, personalmente me han resuelto este tipo de contingencia en más de una ocasión.
2) El tanque del retrete no tiene agua
Entras, evacuas y mientras estas terminando de dar un suspiro de alivio, de forma automática tu mano se dirige hacia la cadena para tirar de ella y eliminar los restos fecales que has evacuado.
Para tu consternación, al ser una persona educada y que no te gusta dejar los restos, no escuchas el ruido caracterÃstico del agua corriendo.
Ante esta eventualidad, no hay medidas de solución ni mucho menos medidas preventivas.
Si no hay clientes esperando acceder al retrete que estas a punto de abandonar, cargar de forma rápida hacia la puerta, procurando adoptar el aire más inocente que puedas asumir.
De tal forma que proclames a los cuatro vientos tu inocencia, por si alguien se cruza en tu camino y evite pensar que el producto que has dejado abandonado, es tuyo.
Si por desgracia, hay una o varios personas haciendo fila para entrar después de que hayas salido, animo y enfréntate a los leones.
Con la mayor entereza de la que puedas hacer acopio, diles con toda franqueza que el tanque no funciona, que no hay agua y que el toilette queda sucio, veras que todas las personas lo entenderán y saldrán a buscar otro retrete.
Posiblemente veas que alguien a pesar de tu advertencia, la desoye y entra, te garantizo que esa persona esta a punto de hacerse en sus pantalones, lo más seguro es que tenga algún desorden intestinal que le esta fastidiando la vida.
El retrete esta asqueroso
Te ha pegado un deseo irrefrenable de evacuar los intestinos, posiblemente algo de la cena te esta jugando una mala pasada o bien estas en ciernes de tener una enfermedad en el intestino.
En este momento carece de importancia, aquà lo importante es que necesitas un retrete donde poder liberarte.
Una vez que has visualizado el lugar que esperas sea tu tabla de salvación, en forma decidida, con paso firme y una sonrisa en tu rostro te diriges hacia el, inmediatamente al entrar te das cuenta de que hay papel.
La sonrisa que comienza a dibujarse en tu rostro, se congela cuando ves que en el pozo de agua del retrete nadan cual tiburones hambrientos, los restos fecales de algún desaprensivo que olvido tirar de la cadena.
Te armas de paciencia y al limite de tus fuerzas, tiras de dicha cadena, solo para darte cuenta de que… no funciona y esa es la causa por la cuál no tiraron de ella los usuarios anteriores.
Llegado a este punto, si piensas que puedes aguantar, trata de cambiar de retrete, pero si sientes que el desastre puede sobrevenir antes de que des un paso, evacua ahà mismo, total hay papel higiénico para limpiarte.
Una variante de esta pesadilla es que, al igual que ocurre en casa, la tapa superior tenga restos de orines por todos lados, asà que puedes optar por:
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Coger un buen trozo de papel higiénico, limpiar y haciendo caso omiso de tu repulsa natural, proceder a sentarte para la bendita liberación.
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Aún después de haber limpiado la parte superior, la repulsa es superior a tus fuerzas.
Sencillo, siéntate en cuclillas en la parte superior, salvo la cuestión del equilibrio, veras como la liberación es de las mejores que has tenido desde tu infancia.
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Trata de evacuar en una posición ortodoxa, es decir, medio sentado sin tocar el tazón y medio de pie, algo bastante complicado y que no permite la liberación total.
Al contrario quedas con una especie de frustración inconfesable.
Eso si, a la salida, trata de comentarle al encargado del lugar la penosa situación del retrete.
Retrete equivocado
Es simplemente cuando te toca hacer uso del retrete destinado a las mujeres.
Como el de los hombres esta ocupado, no te queda más remedio que acceder al de las mujeres.
Cuando sales hay una fila de mujeres que te miran haciendo señales de desaprobación algunas.
Otras con un claro enfado en sus rostros y otras cuantas te compadecen por el problema que debes de tener y unas cuantas más con una sonrisa picaresca como diciendo: Pues a mi también me ha tocado entrar al de los hombres.
Prevención de daños
Lo ideal es educar el organismo para que actúe de forma regular, nada mejor que comenzar a tratar de evacuar a las seis de la mañana de forma periódica, veras como esas pesadillas son cosa del pasado, al mismo tiempo que tu salud mejor.
Si tienes problemas de estreñimiento leves, por las noches antes de acostarte toma una cucharada de cualquier aceite de extracción en frÃo, personalmente uso el aceite de sésamo o ajonjolà y no te cuento como me va.
No obstante, el paquete de pañuelos de papel siempre lo cargo.
¿Has vivido alguna de las experiencias anteriores? ¿Has vivido alguna pesadilla que no he mencionado? Cuenta, cuenta, que tu experiencia enriquecerá esta entrada.
Si te ha gustado el artÃculo, te animo a dejar un comentario, será estupendo que dejes una crÃtica constructiva con los motivos por los que crees que vale la pena. Y como siempre, te animo a compartir este post en las redes sociales.
Lo más importante…Tu salud!