El Síndrome de fatiga crónica desvelado por las imágenes cerebrales
el síndrome de fatiga crónica es un trastorno debilitante y complejo caracterizado por la intensa fatiga que no mejora con el reposo en cama y que puede ser agravado por el ejercicio o el estrés mental, los resultados de un estudio de las imágenes cerebrales sugieren que dicho síndrome se asocia con cambios en el cerebro que involucran los circuitos cerebrales que regulan la motivación y la actividad motora.
En comparación con personas usadas como controles sanos, los pacientes con el Síndrome de fatiga crónica tuvieron menor actividad en los ganglios basales, según la resonancia magnética efectuada. Esta reducción de la actividad de los ganglios basales también esta vinculada con la severidad de los síntomas de fatiga.
Los ganglios basales son estructuras profundas cerebrales, responsable del control de los movimientos y las respuestas a recompensas, así como también de las funciones cognitivas. Varios desordenes neurológicos incluyen disfunción de los ganglios basales, incluidas la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Huntington, por ejemplo.
En estudios anteriores se pudo asociar la toma de interferón alfa como tratamiento para la hepatitis C, que puede inducir fatiga severa, con la actividad reducida en los ganglios basales. Interferón alfa es una proteína producida naturalmente por el organismo, como parte de la respuesta inflamatoria a la infección viral. La inflamación también se ha asociado a la fatiga en otros grupos como los supervivientes de cáncer de mama.
Los estudios previos sugieren que las respuestas a los virus pueden subyacer en algunos casos del Síndrome de fatiga crónica, los datos apoyan la idea de que la respuesta inmunitaria del cuerpo a los virus podría estar asociada con la fatiga afectando al cerebro mediante una respuesta inflamatoria, de ahí la importancia de estudiar el mecanismo existente entre la inflamación y los ganglios basales, además de los efectos que tiene en otras regiones del cerebro, así como en la función cerebral.
Estos estudios servirían para desarrollar nuevos tratamientos, que podrían incluir la utilidad potencial de los medicamentos que alteran la respuesta inmunitaria del cuerpo mediante el bloqueo de la inflamación, o proporcionar medicamentos que mejoran la función de los ganglios basales.
Los investigadores compararon a 18 pacientes diagnosticados con el Síndrome de fatiga crónica con 41 voluntarios sanos. Los pacientes fueron seleccionados mediante una encuesta telefónica inicial seguida por evaluaciones clínicas extensas. Las evaluaciones clínicas, que se efectuaron en dos fases, fueron completadas por cientos de personas. Las personas con depresión mayor o que tomaban antidepresivos fueron excluidas del estudio por imágenes, aunque si se aceptaron aquellas con trastornos de ansiedad.