Me río yo de los estudios para determinar si esto favorece a aquello o aquello favorece a esto.
Pero por más que se trata de inculcar a la gente principios antiguos se burlan y lo ven a uno como un anacronismo.
Luego viene el problema cuando están aquejados por una enfermedad que poco a poco los va sumiendo en la oscuridad más pavorosa que pueda uno imaginar.
Aparte de robar los recuerdos que atesoramos en la memoria, como si eso fuera poco, los lleva a un extremo donde hasta el menor acto cotidiano se olvida.
Si estoy hablando de una de las enfermedades catalogadas como demencia senil, como si una condición inherente a la vejez fuera la demencia, cuando no tiene ni debe ser así.
El mal de Alzehimer, condición que se comenzó a describir a inicios del siglo XX, un sigo más tarde sigue sin desvelar los secretos de sus causas.
Ni mucho menos un tratamiento eficaz, de prevención mejor no hablemos porque hasta la fecha no existe forma alguna para prevenir dicho mal dentro del ámbito moderno.
Pero si regresamos más de 20 siglos en la historia, veremos que los griegos ya habían descrito la forma de prevenir no solo el Alzehimer si no que también muchas de las enfermedades que abaten la sociedad del mundo desarrollado.
Para la desgracia de quienes hemos tenido que sufrir en carne propia el deterioro de un ser querido, ver como poco a poco en forma irremediable se va hundiendo cada vez más en un callejón donde las sombras van levantando un muro cada vez más grande e infranqueable, hubiera sido bueno recordar las enseñanzas ancestrales de los griegos.
Han tenido que pasar 100 años para que los investigadores en un momento de iluminación luego de gastar millones de Euros en estudios pudieran decir que el ejercicio puede reducir el riesgo de Alzheimer.
Volviendo al tema de la enfermedad del Alzehimer, dicha enfermedad es una manifestación de que el cuerpo esta enfermo.
Es decir, es un síntoma de que el organismo como un todo esta enfermo, algo comprensible desde todo punto de vista si entendemos que la sociedad desarrollada se caracteriza por ser sedentaria.
Resumiendo, que diferentes estudios han llegado a la conclusión de que la práctica del ejercicio previene el Alzehimer y otros males agregaría yo.
Algunos estudios comenzaron a sugerir que el ejercicio puede afectar la progresión de la enfermedad.
1. Un escáner cerebral en un estudio del 2011, por ejemplo, llevada a cabo por algunos investigadores, encontró que los ancianos con el gen e4 y que hacían ejercicio en forma regular tenían más actividad cerebral durante las pruebas cognitivas que las personas que no practicaban ningún tipo de ejercicio y también poseían dicho gen.
Sugiriendo que los cerebros de quienes mantenían actividades físicas funcionaban mejor.
2. Un estudio alentador, publicado el 4 de enero del 2014 del magazine Archives of Neurology, arroja algunas luces en este panorama asolador.
3. Recientemente un ensayo aleatorio realizado por investigadores en Perth, Australia, asignaron un programa de actividad física casero para el cuidado rutinario a personas mayores de 50 años de edad con pérdida de memoria pero sin demencia.
4. La práctica de ejercicio físico es un factor muy influyente en la disminución del riesgo de padecer demencia, concluyó hoy un estudio, que duro 35 años, de la Universidad de Cardiff (Gales).
Así podría seguir colocando ejemplos de la cantidad de estudios, pero con una muestra es suficiente.
Todos hemos oído chirriar una puerta y sabemos que con un poco de aceite se resuelve el problema, es decir, el problema se debía a la falta de aceite en la bisagra.
De igual forma cuando el cuerpo tiene hambre lo solucionamos comiendo, si dejamos de comer, simplemente que podemos hasta morir por efecto de la inanición.
Así mismo sucede con el organismo en su totalidad cuando elegimos una vida sedentaria, ese estilo de vida nos lleva poco a poco a caer en toda clase de enfermedades, incluida el Alzehimer, entonces de lo que se trata es cambiar ese estilo de vida.
Conozco personas mayores de 70 años a las que no se si admirar por el nivel de actividad física envidiable que mantienen o por la lucidez mental de la que hacen gala.
También conozco el otro lado de la moneda, personas de 70 años que no deseo recordar por la penosa situación tanto física como mental en que se encuentran.
Creo que es hora de ir a poner aceite en una bisagra, estoy escuchando hasta acá el chirrido de la puerta.
Es decir, me voy a levantar de este ordenador y voy a bajar andando las 5 plantas del edificio para ir hasta la ferretería a comprar el aceite, estoy esforzándome al máximo por evitar usar el ascensor, es más barato que ir al gimnasio.
Me río de tanta alharaca que hacen con los estudios, olvidando mencionar que dichos estudios son caros.
Si se hicieran estudios para tratar de fomentar estilos de vida y hábitos saludables, muchas enfermedades se podrían hacer a un lado de nuestras vidas. ¿será acaso que no conviene devolvernos el estado normal de salud y por esa razón no interesan dichos estudios?
¿Usas siempre el ascensor?
Sería un favor que te agradecería mucho si compartieras esta entrada en tus redes sociales, permitiría que pudiera ayudarle a más gente.
Tu salud…lo más importante
Jacobo