Una variedad de factores puede aumentar el riesgo de trastorno de ansiedad. las mujeres tienen el doble de probabilidad que los hombres de padecer de dicho trastorno.
La edad es otro factor, con un mayor riesgo de aparición que afecta el rango de edades comprendidas entre los 10 y los 25 años.
Las investigaciones muestran que los niños tímidos o susceptibles de ser el blanco de los matones escolares corren un mayor riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad en el futuro.
Los trastornos de ansiedad también tienden a heredarse, se cree que tiene tanto un componente genético como un componente de aprendizaje.
Falta de contactos sociales, eventos traumáticos y ciertas condiciones médicas también se asocian con un mayor riesgo de trastornos de ansiedad.
La ansiedad puede ocurrir independientemente o en conjunción con otras condiciones psiquiátricas o médicas tales como depresión, fatiga crónica, enfermedad cardiaca o problemas respiratorios.
La ansiedad crónica se asocia con un riesgo mayor de enfermedad y muerte por enfermedades cerebrovasculares y cardiovasculares como hipertensión, isquemia cardiaca y arritmias.
Además, predispone a la gente a toda la gama de trastornos neurológicos: Meningitis, Enfermedad de Huntington, Enfermedad de Parkinson, Enfermedad de Alzheimer, etcétera.
Las personas con trastornos de ansiedad son menos capaces de lidiar con las pruebas ocasionales de la vida.
El divorcio, problemas financieros u otros factores de estrés severos pueden aumentar el riesgo en la conducta suicida.
Homocisteína y el ciclo de metilación
Homocisteína es un un factor que interviene en el ciclo metabólico conocido como metilación.
Las reacciones de metilación, dependen en gran medida de cofactores dependientes de la vitamina B (en particular, B6, B12 y ácido fólico), y son críticos para una síntesis correcta de los neurotransmisores que juegan un papel importante en la regulación del estado de animo.
Sí los niveles de vitamina B bajan de forma notoria, el ciclo de metilación se deteriora, lo que conduce a un aumento simultáneo de los niveles de homocisteína (porque ya no se reciclan de manera eficiente) y a una alteración en la síntesis de los neurotransmisores.
La estrecha relación entre la síntesis de neurotransmisores y la formación de homocisteína ha llevado a algunos investigadores a sospechar que existe una relación entre la homocisteína y el estado de animo.
De hecho, los estudios sugieren que los niveles de homocisteína son un marcador eficaz para los niveles de vitamina B, y que los cambios en sus niveles se correlacionan con los cambios en el estado anímico.
Curiosamente, dichos niveles son un excelente predictor de la duración del trastorno de estrés postraumático, sugiriendo que al bajar los niveles de homocisteina a través de la suplementación con vitaminas B se pueden reducir los síntomas de dicho trastorno al liberar recursos metabólicos implicados en la neurotransmisión.
Otros estudios han vinculado claramente anormalidades genéticas tales como la mutación en la enzima activadora de ácido fólico MTHFR, por sus siglas en ingles, con niveles elevados de homocisteína y síntomas crecientes en los trastornos del estado de animo.
Esto refuerza la idea de que el metabolismo de la homocisteína es un objetivo importante en desequilibrios psiquiátricos.
El papel vital de la vitaminas B para lograr una reducción en los niveles de la homocisteína fue demostrada al aliviar la ansiedad en 44 mujeres con ansiedad premenstrual.
Dado el papel de la metilación en el mantenimiento de equilibrios bioquímicos saludables dentro del sistema nervioso central, un nivel de sangre de menos de 7 – 8 µmol/L de homocisteína ayudará a asegurar el metabolismo adecuado de los neurotransmisores y puede equilibrar el estado anímico durante momentos de estrés, depresión y ansiedad.
Razones sobradas para comenzar a consumir frutas y verduras cuyo contenido de vitamina B sea elevado.
Por ejemplo: Frutos secos, (especialmente todas las variedades de nueces, como las macadamias, nueces de Brasil) mani o cacahuates, avellanas, almendras, brócoli, espárragos, los plátano etcétera
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