La gran necesidad de un tratamiento para salvar la vida de pacientes impulsa la inventiva de los investigadores a tal grado que en la actualidad se esta trabajando con un corazón artificial que combina materiales sintéticos y biológicos, asà como software y sensores para comprobar el nivel de esfuerzo del paciente y ajustar de esa forma los parámetros para que funcionen en forma eficiente. Si la bioprótesis, realizada por Carmat, en su sede en ParÃs demuestra ser segura y eficaz, podrÃa ser colocada en pacientes que esperan un trasplante de corazón.
Los intentos de sustituir por completo el corazón humano con una prótesis comenzaron hace décadas, pero el reto para crear un dispositivo que pueda soportar las duras condiciones del sistema circulatorio del cuerpo, como lo hace el corazón, han sido tremendas. Muchas y variadas complicaciones tales como derrames cerebrales causados por coágulos de sangre en los implantes artificiales para el corazón han provocado enormes reveses en ese intento. En los pacientes con insuficiencia cardÃaca la capacidad de bombeo del corazón se ha vuelto tan débil que no puede suministrar suficiente oxÃgeno y nutrientes al cuerpo.
A veces, el fallo se limita a un lado del corazón y puede ser tratado con un implante que aumenta el flujo pero no sustituye el corazón por completo, sin embargo, cuando el fallo es en ambos lados del corazón, el paciente va a necesitar un trasplante de corazón y con la demanda de trasplantes de corazón muy superiores a las donaciones, los pacientes pueden esperar años por un donante de corazón, mientras que otros pueden quedar fuera de ser elegibles por completo debido a otros problemas de salud. Un corazón artificial puede proporcionar un puente para salvar la vida, mientras el paciente espera por un órgano donado.
En el diseño de Carmat, hay dos cámaras que están divididas por una membrana que contiene fluido hidráulico en un lado, una bomba motorizada mueve fluido hidráulico dentro y fuera de las cámaras, y el fluido hace moverse a la membrana, la sangre fluye a través del otro lado de cada membrana. El lado de la sangre de cara a la membrana está hecha de tejido obtenido a partir de un saco que rodea el corazón de un rumiante como la vaca, para hacer el dispositivo más bio-compatible. El desarrollo de un dispositivo artificial en el que los elementos móviles que están en contacto con la sangre estén hechos de tejido es, desde el entorno biológico, más adecuado, dijo el director médico Piet Jansen.