La revista científica Nature publicó en su edición correspondiente al 12 de noviembre de 2015 un artículo impresionante sobre los avances en la implantación de órganos de cerdo en seres humanos.
Al ser el sistema inmunológico del cerdo diferente al del hombre, estos trasplantes no se podían lograr, debido a los rechazos del trasplante, algo por demás muy predecible.
Pero los genetistas han logrado cambiar el sistema inmune de los cerdos mediante la implantación de genes humanos en el ADN del cerdo.
El sistema inmune de estos cerdos transgénicos se ha vuelto más compatible.
Reabriendo la posibilidad al trasplante de órganos de cerdos en humanos.
Ya está autorizada en China una córnea (la superficie del ojo) de cerdo para seres humanos.
En los Estados Unidos, es posible hacer injertos de piel de cerdo.
Algo que si bien oficialmente no esta permitido pero tampoco está prohibido. Un estudio realizado por el hospital general de Boston ha identificado docenas de personas que han recurrido a este procedimiento.
La compañía de Nueva Zelanda Living Cell Technologies está validando en muchos países un sistema de implantación en el páncreas de partes de cerdo para producir insulina humana. Este sistema se llama DIABECELL y pretende ser usada en el tratamiento de la diabetes tipo I.
El cirujano Muhammed Mohiuddin, del Instituto Nacional del corazón de Maryland (EEUU), ha implantado un corazón de cerdo en un babuino que sobrevivió dos años y medio luego de la operación.
Haber superado los problemas de rechazo en el trasplante de órganos, permite considerar que el camino está abierto para llevar a cabo experimentos en seres humanos.
El cirujano David Cooper, de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos), anunció en junio del 2015 que un babuino había sobrevivido 136 días con un riñón de cerdo modificado genéticamente para resistir el transplante y el rechazo del injerto.
Robin Pierson, que dirige el laboratorio de investigación de la Universidad de Maryland y que ha dirigido decenas de operaciones de este tipo, actualmente trabaja en el trasplante de pulmones de cerdo en babuinos.
La dificultad es que los pulmones están hechos de una delgada trama de vasos sanguíneos.
Esto implica que la sangre de los babuinos esta en estrecho contacto con la proteína del cerdo (que ayuda a formar los vasos sanguíneos), la que a su vez contribuye a la coagulación.
Actualmente, los babuinos sobreviven sólo unos pocos días, de ahí que esta técnica requiera un mayor progreso antes de convertirse en aceptable.
Sin embargo, la empresa estadounidense United Therapeutics, en Maryland, ha invertido $ 100 millones para producir cerdos genéticamente modificados.
Están diseñados para producir órganos para los seres humanos. La empresa quiere hacer los primeros ensayos clínicos en 2020.
La imagen muestra dos ejemplares de babuinos.
¿Hasta dónde llegaremos con los trasplante de órganos?
En el nivel técnico, uno de los impedimentos es que los cerdos son portadores de muchos virus y retrovirus.
Presentes en órganos trasplantados, podrían provocar en los seres humanos consecuencias imprevisibles.
Las autoridades de salud son todavía reticentes a dar luz verde al proyecto.
Sin embargo, las experiencias con injertos de piel de cerdo al parecer no han planteado problemas.
Por lo tanto es posible, y en mi opinión muy probable no quiere decir que seguro, que los primeros intentos de trasplantes de órganos de cerdo en humanos sean efectuados a corto plazo.
El procedimiento es conocido.
En primer lugar, se intentará la experiencia en un paciente en un estado de desesperación. De todos modos, morirá, así que no tienes nada que perder! sostendrán los médicos.
Después de algunos fracasos, los trasplantes tendrán éxito. Se iniciará con un trasplante de órgano simple, como el riñón.
Luego, va a ser el corazón, páncreas, pulmones, arterias, cristalino, partes de los intestinos, tráquea y, por qué no hasta con las patas del cerdo.
No, por supuesto, es una broma!
Bromas aparte, esta es la forma en que comenzaron los experimentos médicos innovadores, que parecían impensable para las generaciones anteriores y luego se introdujeron como norma.
Por tanto, podemos imaginar que dentro de unas cuantas décadas, las personas muy mayores podrían cambiar la mayoría de sus órganos vitales y tendrán en su mayor parte, órganos de cerdo.
¿Cómo reaccionar?
Imagínate la situación: Tu hijo está en peligro de muerte. Su corazón podría dejar de latir en cualquier momento.
El cirujano te explica que la escasez de órganos humanos es total. No hay ningún donante para tu hijo.
Pero hay una solución!
Puede implantarse él corazón de un cerdo. Si bien no es una solución glamourosa, obviamente, pero tu hijo se salvará!
¿Qué padre podría renunciar a esta solución? Y después de todo, no hace daño a nadie, ¿dónde está el problema? Tenemos todas las de ganar, ¿no?
Estoy convencido de que así es cómo vamos a reaccionar todos, incluido yo.
Pero no estoy completamente seguro, sin embargo, que la operación no hace daño a nadie.
Progreso, ¿a qué precio?
¿La operación afectara … al niño?
Vivirá, a ciencia cierta, pero, ¿se aceptará a sí mismo? Llegar a vivir con la idea de tener un corazón de cerdo latiendo en el pecho, será terriblemente dolorosa.
Y no me refiero ante los ojos de los demás!
Por supuesto, nos ofrecerán grandes soluciones para abordar el problema.
Se publicarán libros infantiles donde vemos a un niño como los demás y más alegre que los otros, con un órgano de cerdo.
En los jardines de infancia se integrarán programas de aprendizaje para la no discriminación a las personas con órganos de cerdo.
Se contrataran psicólogos para apoyar a las personas trasplantadas y a sus familias para convencerlos de que es normal y deseable.
Desde Hollywood vendrán películas con historias impactantes donde el héroe que salva al mundo, como no, se salvó un par de años antes por un trasplante de corazón de cerdo.
Sin estos avances, la humanidad habría desaparecido, deducirá el espectador inconscientemente.
La idea se asentará y todo el mundo eventualmente la verán como normal.
Pero tenemos que pensar en las implicaciones generales del progreso técnico. Hoy en día, ponemos la vida como un bien supremo, el valor absoluto al que no debemos poner obstáculo moral o legal alguno.
Sin embargo, recordemos que nuestros antepasados prácticamente nunca pensaron así.
¿Cuántas personas han muerto por defender la libertad?
¿Cuántos han muerto por defender la dignidad? Finalmente ¿Cuántos murieron, para defender la elevada visión que se tenía de la humanidad?
Repito, si mi hijo estuviera amenazado de muerte y la única solución para salvarlo fuera mediante el trasplante del corazón de un cerdo, sé muy bien que aceptaría.
Pero, en el fondo de mi pensamiento seguiría pareciéndome inhumano en todos los sentido, espero que la humanidad jamás se vea obligada algún día, en nombre del progreso técnico, a tomar una decisión similar.
Para finalizar, creo que nuestra civilización se va a gastar enormes recursos financieros para tales investigaciones, cuando tenemos tantas maneras naturales para mantenerse saludable, que son prometedores, lo que realmente parece extraño, sorprendente, preocupante y triste.
Todo en ese orden!
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