Cuando D’artagnan se estaba preparando para viajar hacia la ciudad Luz, Paris, para unirse a los mosqueteros del Rey Luis XIII, su padre le entregó un frasco con un ungüento misterioso.
Dicho ungüento, según le explico su padre, servía para aliviar los dolores musculares.
Una vez listo D’artagnan, se despidió de sus padres, dando comienzo a su azarosa aventura.
Mucho antes de lo que se imaginaba, el ungüento se reveló como una ayuda increíble que le permitió recuperarse rápidamente luego de haber sido molido a palos, en una taberna al inmiscuirse en asuntos que no eran de su incumbencia.
El tema es que el uso de los ungüentos por parte de la humanidad se remonta a tiempos antiquísimos y su eficacia no necesita ninguna campaña de marketing para demostrarlo.
Lastimosamente los ungüentos desaparecieron de los botiquines familiares con el advenimiento de la poderosa maquinaria propagandística de las compañías farmacéuticas en pro de sus productos.
Como dichos productos farmacéucticos con el correr del tiempo se han desvelado causan efectos adversos a la salud, poco a poco, a los ungüentos les esta llegando la hora de recuperar el lugar privilegiado que una vez tuvieron.
Este ungüento de elaboración casera para el dolor muscular realmente funciona!
Penetra profundamente en los músculos, produciendo una sensación calmante y relajante. Debería ser una de las cosas favoritas para usar después de hacer una rutina de ejercicios.
Ungüento de elaboración casera para dolores musculares
Ingredientes para elaborar el ungüento:
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1/2 taza de aceite de coco
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1/4 taza cera de abeja rallada
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2 cucharaditas de polvo de cayena
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2 cucharaditas de jengibre o polvo de cúrcuma
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15 gotas aceite esencial de menta
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15 gotas de aceite esencial de lavanda
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Jarra o tarro de vidrio
Modo de preparar el Ungüento para dolores musculares
El modo de preparación implica el uso del baño María, algo que me imagino ya todos conocemos.
Una cacerola con algo de agua y se coloca dentro del agua un recipiente con los ingredientes que se desean cocinar, de tal modo que la acción del agua hirviendo deje sentir sus efectos, pero sin llegar a estar en contacto.
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Vierte todo el aceite de coco (excepto los aceites esenciales) y la cera de abeja en el tarro. Coloca una cacerola con 2 pulgadas de agua sobre fuego medio-bajo.
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Coloca el tarro en la cacerola, hasta lograr que su contenido se derrita. Revuelve para facilitar que el aceite de coco y la cera de abeja se combinen mejor. Añadir la cayena y el jengibre y/o cúrcuma.
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Una vez combinados, deja que se enfríe un poco y luego añadir los aceites esenciales.
Mezclar bien.
Vierte la mezcla en recipientes de vidrio para su almacenamiento y permita que se asiente.
La próxima vez que hagas tu rutina, prueba el ungüento y verás como te calma los dolores musculares.
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