La lista de alimentos que deberíamos dejar de comer de inmediato es extensa, razón por la cuál voy a señalar solamente siete de ellos.
De lo contrario no terminaríamos nunca, aparte que después nos encontraríamos con el problema añadido de no saber que comer.
El problema principal es que nos atiborramos de alimentos procesados, fenómeno que no tiene parangón en la historia de la humanidad.
Es decir, jamás el hombre se había visto expuesto a tal cantidad de alimentos las 24 horas del día, los 365 días del año.
Los alimentos siguientes se ha podido determinar que contribuyen a provocar cáncer, como mínimo.
Y a causar estragos en la salud, aunque existen alternativas para poder seguir disfrutando de dichos alimentos de una manera sana.
1. Palomitas de maíz
Nada como terminar un Viernes acurrucado en el sofá viendo una película con una bolsa de palomitas recién salidas del microhorno.
El olor se expande de forma irresistible por toda la habitación, a tal grado que es imposible sustraerse a su aroma, aparte del problema con los hijos, pretendiendo apoderarse del tesoro.
Lastimosamente y algo que muchos ignoramos es que el olor tan cautivador es producido por un químico llamado diacetilo, que además agrega el sabor a mantequilla al producto, demás decir que son sintéticos.
Las personas que trabajan en las fábricas que producen dicho químico terminan por desarrollar una condición llamada pulmón de palomitas de maíz, por la inhalación de los gases que contienen diacetilo, harto elocuente ¿no?
Para continuar con la pesadilla, el ácido perfluorooctanoico, PFOA, un químico que recubre la bolsa, puede causar problemas de tiroides, colesterol alto y cáncer de vejiga, se calcula que el 20% del PFOA que se encuentra en nuestro cuerpo proviene de…las palomitas.
Pero es posible seguir disfrutando de las palomitas de forma saludable, aunque no se por cuanto tiempo, debido a los transgénicos, pero esa es otra historia.
Es bastante fácil disfrutar del sabor de las palomitas de maíz sin el riesgo de cáncer al usar la mantequilla ghee o bien el aceite de coco que también produce un aroma penetrante, sería una forma saludable si usamos granos de palomitas de maíz orgánico.
Evita comprar en las salas de cine porque el agente enmantequillado que usan es altamente cuestionable y podría ser otro precursor del cáncer
2. Carne seca y el riesgo de cáncer
Promocionada como un refrigerio saludable, le busque por donde le busque es una bomba de proteínas, la mayoría de la carne seca o cecina, producida comercialmente contiene nitritos que son precursores del cáncer.
Es posible encontrar nitritos en otros alimentos, pero la carne seca tiene un contenido por gramo mayor que cualquier alimento.
Cuando quieras disfrutar de carne seca sin el riesgo de cáncer, su preparación es sumamente sencilla, coje medio kilo de carne de res, córtala en tiras, adereza con sal y ajo y luego la cuelgas como si fuera ropa.
El problema son las moscas, pero con ingenio se resuelve dicho problema, si eres amante de la carne seca, bien puedes comprar una vitrina pequeña para exponer la carne al Sol.
Se agregan a la cecina para favorecer su color, para preservarlo y mantenerlo fresco durante meses mientras reposa en los estantes de las tiendas.
3. Conservas
Un informe basado en la revisión de más de 60 estudios humanos y animales demostró que el químico bisfenol o simplemente BPA, aumenta el riesgo de cáncer de próstata y de mama.
Así como también, problemas de infertilidad, pubertad precoz, daños en el sistema inmunológico, problemas neurológicos, cambios metabólicos que promueven la obesidad, hasta la diabetes tipo 2.
Se da una controversia tan grande entre los defensores para la protección de los consumidores y los grandes procesadores de alimentos que quieren mantener el status quo y sus márgenes de ganancia.
Una forma de eludir el debate es simplemente consumir alimentos frescos o congelados, o comprar alimentos en latas que muestren específicamente que son libres de BPA.
4. Los alimentos transgénicos y el riesgo de cáncer
Hace tiempo con lavar las frutas, por ejemplo, conseguíamos eliminar un buen porcentaje de los productos químicos usados por los agricultores.
Pero los productos transgénicos han cambiado las reglas del juego.
Actualmente muchas semillas incorporan productos tóxicos, de tal forma ya que ya no es necesario rociar con herbicidas y pesticidas los campos agrícolas.
Suena como algo fantástico salido de una película de ciencia ficción.
Los agricultores se frotan las manos con el ahorro que obtienen en cuanto a productos químicos, además se obtienen cosechas más abundantes y con mejor presentación, en cuanto al sabor no se puede decir nada.
Entonces, los productores de semillas transgénicas contentos, los agricultores que consumen las semillas transgénicas contentos, solo falta una parte del triángulo amororos, el consumidor de productos cultivados con semillas transgénicas.
Aquí es donde la mula botó a genaro, ya que al consumidor informado no le hace ninguna gracia consumir un producto que trae incorporado productos tóxicos que únicamente se pueden eliminar, tirando al cesto de la basura el producto, pero ello implica tirar el dinero.
Sería más fácil tirar el dinero, ya que permitiría ahorrar el tiempo de la compra de un producto que luego se va a tirar.
Pero ¿quien tira dinero?
¿La solución?
Buscar alimentos 100% orgánicos, o que contengan el sello de proyecto verificado No GMO para asegurarse que la comida está libre de transgénicos.
¿Por qué involucrarse en el debate sobre los efectos nocivos de los organismos genéticamente modificados, GMO, por sus siglas en ingles, cuando simplemente se pueden evitar?
El problema parecería resuelto de una vez por todas con una posición tan práctica.
Lastimosamente el poder de las empresas dedicadas a producir alimentos GMO, cada día es mayor.
A tal grado que muchos países tienen que doblar sus rodillas, tal y como lo hicieron a finales del siglo XIX los países de Centro América con las transnacionales bananeras tan nefastas para dichos países.
España es uno de los principales productores de maíz transgénico, con la venía de las autoridades.
5. Bebidas de colas y el riesgo de cáncer
Yo soy el primero que me deleito con un vaso de cola bien fría, pero el hermetismo en cuanto a su formula es algo que siempre me ha llamado la atención.
Cualquier producto tiene que mostrar, por ley, en forma publica sus ingredientes, lastimosamente la bebida en mención es la regla de la excepción.
Con el objetivo de dar el característico color marrón que los consumidores tenemos asociado a las colas, los fabricantes han agregado un colorante que contiene una sustancia química que podría causar cáncer, dicha sustancia química es la famosa 4-MEI.
A partir del 7 de enero l2012 el estado de California exigió a los fabricantes que todo producto vendido en el estado debía mostrar una advertencia de cáncer si se expone a los consumidores a más de 29 microgramos de 4-MEI por día.
En este caso, la exposición viene del consumo de las tan populares colas.
Otro de sus ingredientes es el jarabe de maíz rico en fructosa, que sirve de alimento a cualquier desarrollo celular canceroso.
Hay que si no evitar beber colas, al menos reducir al máximo su consumo.
Con el plus de lograr tanto un bajón en el peso gracias a no consumir jarabe de maíz rico en fructosa causante de los picos en los niveles de azúcar en la sangre.
En todo caso, entiendo que es bastante difícil superar la adición a la cola, tratar de reducir el consumo semanal a una cantidad moderada.
Al menos es lo que hago un vaso de cola a diario y hay días que no tomo ni un tan sólo vaso.
6. Los alimentos de dieta y El riesgo de cáncer
La parte triste al comprar alimentos de dieta es que a menudo no ayudan a perder peso y además podrían estar aumentando la probabilidad de contraer cáncer.
La obesidad aumenta el de contraer cáncer, así que casi pareciera que estamos atrapados entre la espada y la pared, al tratar de perder peso de forma saludable.
Muchos alimentos de dieta utilizan edulcorantes artificiales para proporcionarle sabor apetecido sin tener un efecto sobre el número de gramos de azúcar y calorías.
Estos edulcorantes artificiales son sustancias químicas que han sido creadas en laboratorios y tienen un efecto tóxico en el cuerpo.
Otros alimentos de dieta usan gelificantes como agente espesante, cuyo consumo podría estar asociado a defectos de nacimiento, complicaciones en el embarazo.
Según un artículo en Mercola.com, el aspartamo es una de las sustancias más tóxicas que se agrega a los alimentos, representa más del 75 por ciento de las reacciones adversas a los aditivos alimentarios reportados a la FDA.
Las siguientes enfermedades crónicas pueden ser provocadas o agravadas por la ingestión de aspartamo: tumores cerebrales, esclerosis múltiple, epilepsia, síndrome de fatiga crónica, enfermedad de Parkinson, Alzheimer, retraso mental, linfoma, defectos de nacimiento, fibromialgia y diabetes.
7. Aperitivos fritos
Caminar por los pasillo de los supermercados, es someterse al bombardeo de una gran variedad de aperitivos: Galletas, patatas fritas, entre otros.
Envasados de tal forma que todos ellos lucen absolutamente deliciosos.
El problema es que aumentan el riesgo de cáncer, según un estudio de asesoría de la Unión Europea.
El problema ocurre durante el proceso de fritura, y puesto que éstos son pre-empaquetados, el consumidor a menudo pierde de vista el hecho de que han sido profundamente fritos, tal y como sucede con las patatas fritas.
El proceso que les da ese color y los hace sumamente quebradizos es el mismo proceso que forma las sustancias causantes de cáncer, la acrilamida, producida al cocinar los alimentos a temperaturas superiores a 150 grados centígrados.
El producto químico es absorbido por el tracto gastrointestinal, distribuido a todos los órganos y metabolizado de forma extensa.
La glicidamida, una molécula creado en el proceso, es la causa de las mutaciones en los genes y los tumores en estudios con animales.
Una sustancia producida al freír los alimentos a altas temperaturas, la teoría es que son los causantes del riesgo de cáncer en muchos de los bocadillos que venden en las tiendas hoy en día.