La espondilitis anquilosante es una enfermedad reumática, autoinmune, que ataca principalmente la columna vertebral y la espalda baja de quienes padecen dicha condición.
Se inicia en personas jóvenes, con un rango de edad que varia desde los 15 hasta los 40 años, los sÃntomas en las mujeres se presentan en forma más leves.
Dificultando de esa forma su diagnóstico en dicho genero.
Como todo reumatismo, da lugar a dolor y pérdida de flexibilidad en las articulaciones.
El signo más caracterÃstico de la espondilitis anquilosante es un dolor en la parte inferior de la columna vertebral, en las articulaciones sacroiliacas, justo donde la columna se fija a la pelvis.
Sin embargo, la enfermedad también puede afectar otras articulaciones, tales como los tobillos o las rodillas.
También puede ser acompañada por inflamación en los ojos o en el tracto gastrointestinal provocando que se presenten cuadros de Colitis ulcerosa o de la Enfermedad de Crohn.
Es una enfermedad crónica y progresiva, que conduce a una rigidez paulatina de la espina dorsal.
A la larga, las vertebras pueden incluso llegar a soldarse, causando rigidez en la columna vertebral y reduciendo la capacidad pulmonar por el endurecimiento de la caja torácica.
Sin embargo, gracias al tratamiento precoz, es posible controlar con eficacia los sÃntomas y limitar la anquilosis.
Hoy en dÃa, las formas graves de espondilitis con anquilosis son muy raras, al extremo que los especialistas tienden a evitar el uso del término espondilitis.
La espondilitis anquilosante es una enfermedad de la familia de las espondiloartropatÃas, que comprende varios tipos de reumatismo inflamatorio crónico caracterizado por la implicación de las articulaciones vertebrales.
Para los médicos, no es siempre fácil diferenciar la espondilitis anquilosante de las otras espondiloartropatÃas, debido a que los sÃntomas de las diferentes enfermedades se superponen de tal forma que las fronteras entre las distintas condiciones son difusas.
Prevalencia de la espondilitis anquilosante
La espondilitis anquilosante es una enfermedad relativamente rara que afecta tanto a hombres como mujeres jóvenes que gozan de buen estado de salud, con una leve predisposición a los hombres.
Se desconoce la prevalencia exacta de la enfermedad, pero la mayorÃa de los estudios europeos estiman que puede rondar del 0,3 al 1,8 % de la población.
Causas de la espondilitis anquilosante
Se desconoce la causa exacta de la espondilitis anquilosante.
Se sabe que es una enfermedad inflamatoria, lo que significa una inducción de inflamación crónica de las articulaciones.
La enfermedad se relaciona probablemente con una combinación de factores genéticos y ambientales:
- Factores genéticos
La espondilitis anquilosante se produce principalmente en personas que tienen un gen particular, llamado HLA – B27.
Por esta razón es más común en algunas poblaciones o en ciertas familias.
Sin embargo, este gen no es la causa de la enfermedad, es sólo un factor predisponente.
El gen HLA – B27 está presente en el 6% de la población y en el 93% de los pacientes con espondilitis anquilosante.
Por lo tanto, entre un 5% a un 6% de las personas con este gen desarrollan espondilitis anquilosante.
Además, otros genes probablemente están implicados en la enfermedad.
- Factores externos
los investigadores creen que los factores ambientales desempeñan un papel en el brote de la enfermedad en personas genéticamente predispuestas.
En particular podrÃa ser bacterias las responsables de infecciones gastrointestinales (bacteria Klebsiella) o genitales, que como resultado de cambios en el sistema inmunológico provocan la condición.
SÃntomas comunes de espondilitis aparecen a menudo en las semanas siguientes a una infección genital o digestiva.
Complicaciones
Aunque los sÃntomas pueden ocurrir periódicamente, la enfermedad tiende a progresar continuamente debido a que la inflamación persiste y continúa deteriorando de las articulaciones, el cartÃlago, y los discos de la parte posterior.
Con el tiempo, puede desarrollar una fusión de las vértebras en algunos pacientes.
Sin embargo, la evolución de la enfermedad es muy lenta, razón por la cuál el proceso puede durar muchos años.
Atención a los riesgos cardiovasculares. Cuando la enfermedad no se trata con eficacia, la inflamación crónica es probable que aumenten las complicaciones cardiovasculares.
Por lo tanto, las personas con espondilitis anquilosante tienen mayor riesgo de ataque al corazón o de sufrir la enfermedad vascular periférica.
SÃntomas de la espondilitis anquilosante
Los sÃntomas comienzan más a menudo al final del proceso de crecimiento humano, de los 15 a los 16 años, hasta la edad de 40.
Sin embargo, algunas formas más raras ocurren en la infancia.
- SÃntomas iniciales
La enfermedad comienza en general con dolor de intensidad severa en la columna vertebral, la pelvis, glúteos, ocasionando rigidez y limitación en la flexibilidad de la espalda, acentuada por la mañana.
Son de efectos más o menos duraderos y desaparecen después de un perÃodo de calentamiento de las articulaciones.
La enfermedad también puede comenzar en un talón, en el tobillo o la inflamación de un dedo o dedo del pie, dactilitis, llamada también dedo de salchicha por la forma caracterÃstica.
A veces, la enfermedad comienza con sÃntomas que no afectan a las articulaciones, por ejemplo con inflamación en el ojo, uveitis.
- Evolución de los sÃntomas
La espondilitis anquilosante es una enfermedad que evoluciona por brotes, intercalados con perÃodos donde los sÃntomas son menos marcados, incluso entran en remisión.
Sin embargo, incluso en el caso de la remisión completa, las recaÃda son extremadamente frecuentes.
La enfermedad en ocasiones puede ser caracterizada sólo por dolor y rigidez en la espalda.
Otros sÃntomas pueden estar presentes dependiendo del caso:
- Reducción de la capacidad de movimiento de la espalda y el tórax, que puede interferir con la respiración. Dolor en el pecho al toser o inspiración profunda.
- Dolor en las articulaciones de las extremidades, especialmente cerca de la fijación de ligamentos y tendones, hinchazón y dolor en los hombros, los codos, las rodillas y los tobillos.
- Fatiga, pérdida de apetito y de peso, fiebre en casos raros.
- Inflamación, dolor y enrojecimiento del ojo.
- Rigidez en la postura.
- Inflamación del intestino causando dolor y diarrea.
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Personas en riesgo
Además del sexo, los hombres son más afectados que las mujeres, la predisposición genética desempeña un papel importante.
De tal forma que si una persona tiene hermanos o hermanas que padecen espondilitis anquilosante tiene 50% de probabilidades de desarrollar la condición.
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