¿Has escuchado hablar alguna vez de las mitocondrias?
Quisiera explicarte cómo funciona el proceso mitocondrial, cómo puede afectar tu salud si dejan de funcionar o sufre daño y qué puedes hacer para garantizar su funcionamiento óptimo todo el tiempo.
No se si te has preguntado cómo hace el cuerpo humano para convertir el alimento consumido en la energía necesaria para mantenerse activo, así que hoy al continuar con la lectura, vas a obtener respuesta a dicha pregunta.
Lo creas o no, casi todas las células del cuerpo (con excepción de las células rojas de la sangre) están involucradas en esta gigantesca tarea.
Contenida dentro de cada una de los 37 billones de células que forman nuestro organismo existen miles de «centrales eléctricas», las que a partir de ahora llamaremos mitocondrias.
Estas pequeñas fábricas utilizan los hidratos de carbono, grasas y proteínas de los alimentos que comemos y convierten, paso a paso, en la energía que el cuerpo necesita para hacer su trabajo.
Parte de este proceso consiste en la producción de radicales libres, cuyo trabajo es la reparación y creación de nuevas mitocondrias.
Evidentemente esta es una acción vital y una vez que han hecho su trabajo, los radicales libres son eliminados por los anti-oxidantes que produce de forma natural el cuerpo.
Sin embargo, los problemas surgen, cuando los radicales libres aumentan de tal forma que no pueden ser contrarrestados por los antioxidantes.
Dando como resultado el estrés oxidativo!
A continuación, las mitocondrias sufren daños y son incapaces de mantenerse al día con la demanda de producción energética.
Si estas «centrales de energía» se dañan, o dejan de funcionar de forma óptima, pueden provocar fatiga, debilidad, calambres musculares, palpitaciones, dolores de cabeza y confusión mental.
De hecho, la investigación indica que condiciones tales como el síndrome de fatiga crónica, fibromialgia, resistencia a la insulina, enfermedades cardiovasculares, trastornos del estado de ánimo, enfermedad de Alzheimer, y cáncer implican una interrupción en la función mitocondrial.
Las mitocondrias también son dañadas por el estrés, la inflamación interna, y por el consumo excesivo de hidratos de carbono o azúcar.
¿Cómo están tus mitocondrias?
Un análisis regular de sangre no dice nada acerca del estado de las mitocondrias, pero hay pruebas especializadas que te dirán exactamente qué tan óptimo es el proceso mitocondrial.
Por ejemplo, hay paneles especializados de orina que muestran los niveles de los diversos nutrientes y sustancias que las mitocondrias necesitan para producir la energía que el cuerpo necesita.
Lo que te permite saber, por lo tanto, si necesitas tomar más de un nutriente en particular para lograr que el proceso sea eficiente.
Por su parte, los análisis de sangre pueden dar a conocer los niveles de ciertas sustancias que son necesarias para el funcionamiento mitocondrial saludable, tales como los niveles de magnesio, carnitina y coenzima Q10.
Esto nos puede dar una idea exacta de hasta que punto las mitocondrias están funcionando de forma óptima.
los niveles de D-lactato y ácido pirúvico aumentan en la sangre cuando las mitocondrias tienen un malfuncionamiento y un análisis de sangre también puede darnos a conocer este extremo.
Con exámenes o no, si has estado expuesto al estrés o si notas que tu cuerpo no está funcionando de forma idónea, es muy probable que las mitocondrias podrían necesitar algún tipo de apoyo.
13 formas de apoyar las mitocondrias y aumentar la energía
Los siguientes son consejos de estilo de vida y algunas incorporaciones a la dieta.
1. Dormir
Lo ideal es dormir de 7,5 a 9 horas de sueño cada noche, preferiblemente 10 p.m.-07 a.m.
Si no puedes dormir, comienza por leer mis sugerencias para el sueño.
Si aún así no logras dormir, entonces habría que determinar si es necesario hacer frente a problemas debido a los niveles de los neurotransmisores cortisol, y/o melatonina.
2. Equilibrio del azúcar en sangre
Reducir el consumo de azúcar y/o carbohidratos, contribuirá a llevar los niveles del azúcar en sangre a valores más saludables.
Optimizando, así, el proceso mitocondrial.
Asegúrate de mantener el equilibrio de los carbohidratos con proteínas y grasas saludables.
3. Ejercicio
Lo mejor es 15 a 20 minutos, de 3 a 5 veces por semana.
Que podría ser mucho menos de lo que crees que necesitas para hacer ejercicio.
Durante ese tiempo, intenta incluir tanto entrenamiento aeróbico como de fuerza para obtener los beneficios sin estrés.
4. Grasas Omega-3
Estas grasas esenciales proveniente tanto de pescados como de semillas como de lino y de chía, son anti-inflamatorias y proporcionan la nutrición necesaria para las células sanas.
Sólo asegúrate de elegir un producto que garantice los ácidos grasos Omega-3 de calidad.
5. Magnesio
Un mineral importante y, del cual a menudo hay déficit, el magnesio es esencial para que la función mitocondrial regule el equilibrio del calcio.
El magnesio viene en la mayoría de las multivitaminas, pero se puede tomar por separado en forma de cápsulas de magnesio, en polvo, o mejor aún en chocolate al 70% como mínimo de cacao.
Es vital para calmar el sistema nervioso, relajar los músculos, y ayudar a que las mitocondrias se recuperen.
6. Vitaminas del grupo B
B 1, 2, 3, 5, 6, 7, ácido fólico, y 12 juegan un papel importante en la función mitocondrial.
El déficit en alguna o de todas las vitaminas del complejo B se pueden dar por:
- Seguir una dieta vegetariana o vegana
- Por mal absorción de nutrientes
- Agotamiento debido a medicamentos, como las píldoras anticonceptivas
Entonces deberías ir a lo seguro y elegir un complejo multivitamínico que contenga las formas activas de estas vitaminas del grupo B.
7. Carnitina
La carnitina es una sustancia elaborada a partir de dos aminoácidos, lisina y metionina.
Es un medio de transporte clave para las células, facilita que las «centrales eléctricas» puedan convertir las grasas en energía.
8. Antioxidantes naturales
Los antioxidantes naturales tales como la curcumina, quercetina, resveratrol, extracto de té verde, el sulforafano (extracto de brócoli), y pterostilbeno (de arándanos y uvas) son sustancias de las plantas que han demostrado (en la investigación) prevenir el daño celular.
Por lo tanto en las mitocondrias.
9. Co-Enzima CoQ10
La coenzima Q10, que se llama ubiquinol en su forma más activa, está involucrado en las etapas finales de la producción de energía del proceso mitocondrial.
Sin su concurso, la fatiga y los problemas del corazón son mucho más probable.
Esto se debe a que las mitocondrias en las células del corazón producen más energía a requerimiento de dicho órgano.
Incluso dosis bajas pueden marcar una diferencia significativa.
10. Ácido alfa lipoico
Como antioxidante, el ácido alfa lipoico protege la mitocondria del daño y se ha demostrado que puede prevenir enfermedades tales como:
- Cáncer.
- Demencia.
- Diabetes.
- Envejecimiento en general.
11. Aminoácidos
Los aminoácidos, los bloques de construcción de proteínas, se pueden tomar en forma de polvo o en forma de cápsulas como fuente de energía directa para las mitocondrias.
Cuando tomas aminoácidos, las mitocondrias pueden saltarse la etapa de digestión del proceso de producción de energía.
Facilitando de esta forma que el cuerpo obtenga los nutrientes que necesita.
12. Nicotinamida ribósido
Un derivado de la vitamina B3, la nicotinamida es el precursor más eficaz de la coenzima NAD.
La sustancia que permite pasar de una etapa a la siguiente dentro del proceso mitocondrial.
En esencia, es el portador del «núcleo» que en última instancia conduce a la producción de energía.
13. Melatonina
Esta hormona se conoce para llegar a su nivel más elevado en el cuerpo a las 10 pm, también actúa como un antioxidante y se ha demostrado que protege las mitocondrias del estrés oxidativo.
Es posible poner a prueba los niveles de melatonina para determinar si necesitas más, y/o para tomar un poco todos los días para ayudar a crear un escudo que proteja la función mitocondrial.
Últimas palabras en torno a las mitocondrias
Prestar la máxima atención posible a las mitocondrias es imprescindible para disfrutar de bienestar y la buena noticia es que algunas de las acciones que ya estás tomando para apoyar tu salud, tales como sueño, ejercicio y comer sano, son acciones que redundan en beneficios de la función mitocondrial.
Mientras tanto, el estrés en general y estrés en forma de toxinas, azúcar excesiva, comidas abundantes, falta de sueño y ciertos medicamentos, entorpecen el proceso mitocondrial.
Lo que contribuye a aumentar la susceptibilidad a la fatiga, ansiedad y condiciones de salud crónicas a largo plazo como enfermedades del corazón, pérdida de memoria y cáncer.
Recomendado: 7 Factores Que Contribuyen A La Pérdida De Memoria
Para asegurar que no te pierdas los futuros artículos, puedes suscribirte a mi blog o a mi NewsLetter.
Demuestra que estas vivo, comentario abajo y haz saber que medidas estas tomando para fortalecer las mitocondrias.
Lo más importante…Tu salud