No es mucha la atención que prestamos a la condición de nuestra bilis, de su existencia nos acordamos cuando vomitamos un líquido amarillo verdoso.
Pero, no es algo frecuente, yo recuerdo haber vomitado bilis dos veces en mi vida y fue durante mi infancia.
De hecho, a menos que te diagnostiquen problemas hepáticos, de vesícula biliar o digestivos, difícilmente te acordaras de ella.
Algunas personas ni siquiera sabrán de qué se trata.
Para las personas cuya vesícula biliar ha sido extirpada quirúrgicamente, es posible que nunca vuelvan a pensar en la bilis después de la operación. A menos que sean uno de los desafortunados que sufrirán los efectos secundarios del procedimiento en el futuro.
Es un error pasar por alto la salud de la bilis, puesto que es una vía primaria para eliminar las toxinas.
El hígado filtra todo lo que ingresa al cuerpo a través de la digestión, a través de la respiración y mediante la absorción de la piel.
Es la bilis del hígado la que lleva a cabo el proceso de filtrado.
Cuanto más tóxico sea nuestro entorno, más preocupados y proactivos deberíamos ser con respecto a la viabilidad de nuestros órganos y sustancias de desintoxicación.
Incluso las personas que han pasado por el quirófano para una colecistectomía o extirpación de la vesícula biliar no están libres de dicha preocupación.
El estado de la bilis, el hígado y el resto del sistema biliar es aún más importante si se altera la homeostasis del cuerpo, máxime cuando se elimina un órgano clave de sus funciones.
¿Qué es la bilis?
Es un líquido amargo de color marrón o amarillo secretado por la vesícula biliar.
Debido a su sabor amargo, también se usa en el idioma inglés como palabra para amargo y como otro de los significados de bilis es enojo, irritabilidad y mal genio, también se puede usar para denotar enojo, como en «estaba lleno de bilis».
¿Dónde se produce la bilis?
La bilis es un fluido producido por las células del hígado, pero se reserva (almacena) en la vesícula biliar.
Un hígado adulto produce de 400 ml a 1000 ml o 1 litro de bilis al día, y está compuesta por un 85% de agua y una combinación de sales biliares, fosfolípidos y colesterol.
Ciertos electrolitos, minerales, proteínas y bilirrubina también son parte de su composición.
La bilirrubina es el producto de desecho de la descomposición de los glóbulos viejos que se eliminan a través de la bilis, la bilirrubina da el color marrón o amarillento.
Función de la bilis
El papel principal de la bilis es la emulsificación de las grasas.
Puede actuar como una especie de «detergente» capaz de descomponer las moléculas de grasa en partes más pequeñas para su absorción.
Pero esta sustancia subestimada en el cuerpo humano realmente contribuye mucho más al proceso de digestión y el metabolismo.
Aquí tienes una lista con 14 de sus funciones:
- Ayuda para la digestión.
- Facilita digerir las vitaminas solubles en grasa.
- Alivia los síntomas de mal absorción de la grasa como gases e hinchazón.
- Proporciona ayuda a las personas que carecen de vesícula biliar.
- Previene cálculos biliares.
- Disuelve los cálculos biliares.
- Desencadenante de la liberación del glutatión.
- Antibacteriano.
- Antivirulento.
- Controlar los niveles de azúcar en la sangre.
- Ayuda a regular las grasas en el hígado.
- Mejora los niveles de energía.
- Fortalece el metabolismo.
- Estimula la descomposición de la grasa marrón.
Una vez que los alimentos ingeridos llegan al intestino, la bilis comienza a trabajar procesando la grasa, para su posterior distribución en el cuerpo.
Esto se llama emulsificación. Incluidos en dicho proceso están:
- Las vitaminas liposolubles como las A, D, E, K.
- Los ácidos grasos esenciales.
Minerales como el hierro, calcio y magnesio que son soluble en grasa, el cuerpo no los puede utilizar si no están debidamente procesados y distribuidos.
La bilis también neutraliza el ácido del estómago, elevando el pH, en preparación de los alimentos para su absorción en el intestino.
Y, también ayuda con el «trabajo sucio» de eliminar las toxinas y otros desechos del hígado.
Circulación biliar y árbol biliar
Para que la bilis pueda cumplir con su función, necesita la ayuda del hígado, de la vesícula biliar y de los conductos biliares.
Esta red sirve como las raíces, tronco y ramas de producción, almacenamiento y distribución de la bilis. Es por eso que a menudo se conoce como árbol biliar.
Otros lo llaman el sistema biliar o simplemente sistema hepatobiliar.
El árbol biliar comienza en los conductos biliares del hígado como unos canales muy pequeños llamados canalículos biliares.
Recogen la bilis de las células del hígado donde es producido, luego se ramifican en canales más grandes, hasta llegar a conductos más y más grandes.
Conductos biliares y esfínter de Oddi
Hay dos principales conductos que transportan la bilis por el hígado:
- Conducto hepáticos derecho.
- Conducto hepático izquierdo.
Ambos conductos se combinan para formar el conducto hepático común que sale del hígado y se une al conducto cístico de la vesícula biliar.
Este nuevo conducto es el colédoco que recibe su nombre del hecho de que es un conducto común para la bilis proveniente del hígado y de la vesícula biliar.
Es también «común» porque luego a su vez se combina con el conducto pancreático. Esta Unión con el conducto pancreático, más abajo, se conoce como ampolla de vater.
La ampolla de vater a su vez desemboca en el intestino delgado o duodeno mediante el esfínter de Oddi.
Este esfínter es un músculo que permite al contenido del conducto poder entrar en una dirección sin permitir el escape del contenido del intestino hacia los conductos biliares.
Es decir, que el contenido del intestino no acceda a los conductos biliares.
Una cierta cantidad de bilis se almacena en la vesícula biliar para estar disponible en grandes cantidades y en forma concentrada para cuando comemos.
El consumo de alimentos, especialmente grasas, desencadena la liberación de una hormona llamada colecistoquinina (CCK).
La colecistoquinina indica a la vesícula biliar que debe contraerse y liberar bilis.
Al mismo tiempo que provoca la relajación del esfínter de Oddi, permite el flujo de la bilis secretada en el intestino delgado donde se emulsiona y se descompone en moléculas más pequeñas, utilizables por grasas y vitaminas liposolubles.
Después de este proceso, solo aproximadamente un 5% de la bilis sigue bajando hasta facilitar la expulsión de las heces.
El funcionamiento armónico del sistema biliar depende de la tensión y relajación sincrónica de la vesícula biliar y del esfínter de Oddi.
Ácido biliar y sales biliares
Cuando se habla de bilis y del sistema biliar en su conjunto, el papel del ácido biliar y de las sales biliares no se debe pasar por alto.
Aunque cierta literatura y artículos utilizan estos términos indistintamente, hay diferencias significativas entre ambos.
Conocer esto facilita entender mejor qué pasa con nuestro cuerpo cuando nos diagnostican problemas de salud relacionados con la bilis y el sistema como un todo.
Ácido biliar
El ácido biliar es el producto de la emulsificación y la utilización del colesterol.
Su síntesis sirve como vía para la eliminación del exceso de colesterol.
Los ácidos biliares también ayudan a la solubilización del colesterol, de lípidos, ciertas vitaminas y nutrientes, de esa forma se garantiza que lleguen al hígado.
Además, previenen que la vesícula biliar sea inundada por colesterol.
Los ácidos biliares son necesarios para controlar los niveles de colesterol.
Sin embargo, es importante saber que la bioactivación del colesterol en ácido biliar no es suficiente para superar todos los excesos debido a una dieta mala.
Los ácidos biliares primarios humanos son el ácido cólico y ácido quenodesoxicólico.
Sales biliares
La sal biliar, por otro lado, es el término colectivo para los ácidos biliares conjugados y los sulfatos de alcohol biliar.
Junto con otros componentes, la sal biliar llega a la vesícula donde se concentra para formar la bilis.
El papel principal de la sal biliar es descomponer el colesterol para prevenir su cristalización y la formación de cálculos biliares.
Las sales biliares son también producidas y secretadas por las células del hígado. Similar a los ácidos biliares, también se sintetizan a partir del colesterol.
Después de la secreción y reabsorción en el intestino, se devuelven al hígado donde se separan y se vuelven a secretar en la bilis.
Lo que da como resultado la acumulación de un conjunto de sales biliares.
Este ciclo se denomina circulación enterohepática (es decir, dentro del hígado) y es necesario para el mantenimiento de la circulación biliar.
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¿Alguna vez has vomitado bilis?
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