La salud normal no es posible sin un funcionamiento digestivo normal. La Salud Digestiva puede verse comprometida por:
- Alimentos que afectan al intestino.
- Estrés crónico
- Desequilibrio de las bacterias intestinales, microbioma intestinal o flora bacteriana
1. Alimentos que afectan la salud digestiva
No hay comida perfecta!
Y todos los alimentos tienen potencial para dañar el sistema gastro-intestinal. Dicho esto, algunos alimentos tienen mayor potencial de daño que otros.
De lejos, los alimentos más irritantes para el intestino son las semillas (granos, frijoles, frutos secos).
Piénsalo; el propósito primario y último de cualquier semilla es engendrar plantas nuevas, no para nutrir a criatura alguna.
Así que no es sorprendente que las semillas tengas sustancias con el propósito de disuadir su consumo.
En realidad, podemos considerar dichas sustancias como el sistema inmunológico de las plantas para proteger la preciada simiente de la vida.
Los principales factores de disuasión son las proteínas llamadas lectinas.
Las lectinas irritan las células que recubren los intestinos, tanto de humanos como de animales. Hay muchos tipos diferentes de lectinas, algunas más irritantes que otras.
Las lectinas son proteínas muy estables y, la acción del ácido del estómago sobre ellas es mínimo. La ebullición extensa las descompone, pero no la simple cocción.
La germinación y fermentación también ayuda a romper las lectinas.
De todos los granos, el trigo contiene las lectinas más irritantes.
El onmipresente gluten, soja y otras leguminosas
El trigo también contiene gluten, una proteína esencial para el suministro de aminoácidos a la germinación de la planta.
Debido a que el gluten es ajeno a los humanos, es muy irritante para el intestino y muy alergénico. (Puedes leer Sensibilidad al trigo para obtener más información.)
Otros granos también contienen lectinas y proteínas de almacenamiento, pero son menos irritantes que el trigo.
El arroz contiene las proteínas menos irritantes y es bien tolerado por la mayoría de las personas.
Las lectinas de los frijoles también son extremadamente irritantes para el intestino. Los frijoles crudos realmente son muy tóxicos y necesitan ser cocidos.
Los productos de soja fermentados generalmente son bien tolerados. Las lentejas y los frijoles mung son los más fáciles de digerir.
Todos las variedades de frijoles deben ser totalmente lavados y puestos en remojo para su posterior cocción por ebullición antes de su consumo.
Los frutos secos generalmente son bien toleradas por la mayoría de las personas, pero pueden causar irritación intestinal si los problemas digestivos han estado presentes durante mucho tiempo.
Razón por la cual es conveniente dejarlos en remojo toda la noche antes de consumir.
Las solanáceas ( tomates, patatas, pimientos, berenjenas, etcétera. ) también contienen elevadas concentraciones de lectinas irritantes.
Además, todas las semillas y frutos secos pueden desarrollar moho tóxico, especialmente el trigo y maíz.
Lácteos, carne roja y salud intestinal
Cualquier alimento, con el tiempo (incluso en el refrigerador) comenzará a producir moho.
Los productos lácteos (con excepción de yogur cultivado / kéfir) son notorios por el crecimiento de moho tóxico.
Los lácteos son un desafío para las personas que carecen de la enzima que descompone la lactosa. Las proteínas de la leche también son muy alergénicas para algunas personas.
Las proteínas de la carne no son irritantes para el intestino, pero elevadas concentraciones de proteínas también puede ser un reto para el sistema digestivo.
La carne roja cargada de grasa saturada es la carne más difícil de digerir. Las aves de corral y los peces son más fáciles de digerir para la mayoría de las personas.
Las verduras cocidas, generalmente entre todos los alimentos, son los mejor tolerados. Cocinar (idealmente al vapor) descompone la fibra y libera nutrientes. El cocinar también elimina el moho, los microbios, y huevos de parásitos.
2. Estrés crónico
La dieta no es el único factor que afecta la salud digestiva.
Cuando se enfrenta a una amenaza, el cuerpo se pone en alerta.
El modo de alerta, a menudo conocido como respuesta de lucha o huida, prepara al cuerpo para hacer frente a amenazas o emergencias.
Los recursos del cuerpo se desplazan para manejar la situación.
El mantenimiento diario y las funciones intestinales se colocan temporalmente en espera hasta que la amenaza o emergencia pasa o se resuelve.
En el mundo moderno, la percepción de la amenaza está siempre presente, basta con ver el nivel de estrés en el estilo de vida.
Las personas hemos terminado por aceptar el estrés crónico como parte normal de la vida cotidiana porque no conocemos la diferencia.
De todos los sistemas en el cuerpo, el sistema gastrointestinal es el más afectado.
El estrés crónico inhibe la función gastrointestinal y retarda el movimiento de los materiales alimenticios a través del intestino.
Hasta el punto de causar estreñimiento!
La secreción de las enzimas digestivas se inhibe y el proceso digestivo se ve comprometido.
Todo retrocede.
El vaciado lento del estómago provoca que el ácido salpique el esófago inferior, causando quemaduras sumándose a las propiedades erosivas de los alimentos cargados con lectina.
La irritación crónica del estómago y las úlceras estomacales son una consecuencia generalizada.
El flujo de la bilis a través del hígado y la vesícula biliar se ralentiza.
Dando como resultado congestión del hígado y la formación de piedras en la vesícula biliar.
La eliminación de las toxinas del cuerpo se ralentiza.
3. El equilibrio del microbioma intestinal es vital para la salud digestiva
Los productos alimenticios procesados, en su mayoría hechos de trigo, maíz y soja, además de ser ricos en lectinas, también contienen almidón y azúcar.
Muchísimas más de la que el cuerpo pueda usar o absorber.
Los almidones no digeridos y el azúcar sirven de alimento para las bacterias intestinales.
El crecimiento excesivo de las bacterias en el intestino delgado (conocido como SIBO, sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado) produce síntomas de hinchazón, gases y malestar abdominal crónico.
Los almidones y el azúcar también estimulan el crecimiento de la levadura.
La levadura está siempre presente en los intestinos, pero su crecimiento normalmente es impedido por bacterias amigables.
La presencia de carbohidratos no digeridos permiten que la levadura florezca.
Las toxinas producidas por el crecimiento excesivo de levadura hacen que una persona se siente muy mal.
Síndrome de intestino permeable y salud digestiva
La combinación de alimentos ricos en lectina, motilidad intestinal ralentizada (por el estrés crónico) y el sobrecrecimiento bacteriano comprometen la barrera protectora del intestino.
Una vez que la mucosa intestinal está totalmente comprometida, las proteínas extrañas «se filtran» al torrente sanguíneo en elevadas concentraciones (incluyendo lectinas y otras proteínas vegetales y animales no descompuestas por la digestión normal).
Esto se conoce comúnmente como síndrome de intestino permeable.
Las proteínas extrañas estimulan la sobrecarga del sistema inmunológico (especialmente las lectinas). Las lectinas estimulan la producción de anticuerpos, activan mensajeros químicos del sistema inmunológico e inician la respuesta histamínica ( respuesta alérgica natural).
Más allá de las lectinas, todos los alimentos contienen proteínas que potencialmente pueden causar sensibilidad.
La sensibilidad a las proteínas de los alimentos sólo se produce en presencia del síndrome de intestino permeable.
La sensibilidad a un alimento en particular puede ser leve o severa, las sensibilidades múltiples son comunes.
Las sensibilidades alimenticias más comunes incluyen: trigo, lácteos, maíz, frutos secos, levadura, tomates, cítricos, huevos, soja, plátanos, frijoles, patatas, cerdo y carne.
Los síntomas de todo el sistema relacionados con la sensibilidad a los alimentos ocurren de 1 a 12 horas después de comer e incluyen fatiga (especialmente 1-2 horas después de comer), niebla cerebral, sensación de gripe, dolor muscular, dolor en las articulaciones, anemia y una amplia gama de otros síntomas inespecíficos.
Últimas palabras sobre la salud digestiva
El estrés crónico y comer a la carrera también inhiben el funcionamiento normal del colon.
Los alimentos cargados con lectina dañan el colon y ralentizan el movimiento aún más. Esto permite un crecimiento excesivo de cepas bacterias dañinas, lo que resulta en gases, hinchazón y dolor.
Inicialmente esto lleva el movimiento del colon a un punto muerto, pero al sumar las toxinas debidas a las bacterias dañinas, la explosiva diarrea puede ocurrir.
Y del daño que causa una dieta basada en alimentos procesados, ni hablar!
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