Esta es la primera parte de la enfermedad hepática, en ella veremos sus generalidades para en la segunda entrega pasar a ver los métodos que permiten revertir dicha enfermedad.
Aquí puedes leer la segunda y última parte: Enfermedad del hígado graso: Formas naturales para revertirla II
Cuando la grasa en el hígado se compone del 5 al 10 por ciento del peso del órgano, se diagnostica hígado graso.
Hay dos tipos principales de enfermedad hepática grasa, enfermedad del higado graso alcohólica y enfermedad del hígado graso no alcohólica.
También merece especial atención, el hígado graso agudo del embarazo es una condición rara que ocurre cuando la grasa se acumula en el hígado de las embarazadas.
Algunas funciones del hígado
Uno de los órganos que más duro trabajan en el cuerpo para mantener el nivel de salud óptimo, es el hígado.
Desarrolla un trabajo incansable para desintoxicar nuestra sangre para producir la bilis necesaria para digerir la grasa, para procesar las hormonas y para almacenar hierro, vitaminas y minerales esenciales.
Por esta razón es importante cuidar nuestro hígado, así como practicar la limpieza de hígado, mínimo una vez al año.
Sin embargo, cuando el hígado no está funcionando de forma adecuada hay que extremar las medidas de limpieza, ya que no se pueden digerir correctamente los alimentos, especialmente las grasas.
Si no podemos digerir los alimentos, los problemas intestinales no se hacen esperar y un retortijón en la barriga será el menor de los problemas.
Es responsabilidad del hígado procesar los nutrientes absorbidos por los intestinos para que sean aprovechados más eficientemente.
El hígado también regula la composición de la sangre en el equilibrio de proteína, grasa y azúcar.
Finalmente, elimina las toxinas de la sangre y descompone el alcohol y los medicamentos.
En las personas con hígado graso, el manejo de la grasa por las células del hígado se altera.
Como las cantidades de grasa que se retiran de la sangre son cada vez mayores, las células del hígado no se dan abasto para procesar dicho exceso.
En consecuencia, se acumula grasa en el hígado. Hay un desequilibrio entre la absorción de grasa, su oxidación y eliminación.
Hoy en día, estamos expuestos ante tantas toxinas ambientales en nuestros hogares, lugares de trabajo y en nuestro suministro de alimentos, por lo que es esencial para nuestra salud general y bienestar mantener el hígado funcionando de forma óptima.
Tipos de hígado graso
La enfermedad hepática alcohólica es el resultado del consumo excesivo de alcohol.
Esta condición está en correlación directa con la cantidad de alcohol que se bebe; la sangre no es capaz de procesar el alcohol adecuadamente, y afecta al hígado.
Aunque también puede ser una condición hereditaria, debido a genes que transmiten los padres pueden aumentar las posibilidades de convertirse en un alcohólico.
El hígado graso no alcohólico (HGNA) se considera el trastorno hepático más común en el mundo occidental.
Es reconocida como una de las formas más comunes de enfermedad hepática crónica en todo el mundo.
La HGNA es más probable que ocurra en personas con sobrepeso y de mediana edad.
Pero recientemente hay más casos de niños con HGNA porque el tipo de dieta estadounidense se va estandarizando en el mundo mundial.
Pacientes con hígado graso no alcohólico tienen por lo general, además, el colesterol alto y diabetes.
Normalmente, esta condición está ligada a la desnutrición, medicamentos, enfermedad hereditaria del hígado, pérdida de peso rápida y sobrecrecimiento bacteriano intestinal.
Tipos de enfermedad hepática no alcohólica:
- Hígado graso no alcohólico: Es cuando la grasa se acumula en el hígado, pero no necesariamente hay dolor. Esto significa que algo está causando un exceso de grasa hepática, pero no hay complicaciones, lo que es común. Según un estudio realizado en University of Sydney at Westmead Hospital en Australia, HGNA está presente entre un 17% a 33% de los estadounidenses. Este porcentaje de crecimiento corre en paralelo a la tasa de crecimiento de la obesidad, resistencia a la insulina, síndrome metabólico y diabetes tipo 2.
- Esteatohepatitis no alcohólica: Es una condición que solo afecta a un pequeño número de personas con hígado graso. La grasa provoca inflamación en el hígado, y esto puede afectar la capacidad del hígado para funcionar, también puede conducir a cirrosis, o cicatrización del hígado.
- Cirrosis asociada a enfermedad hepática grasa: La inflamación del hígado conduce a la cicatrización de tejido hepático, haciendo que el hígado pese más que cualquier otro órgano sólido en el cuerpo. Esta cicatrización puede ser tan severa que el hígado va reduciendo su capacidad de procesamiento, hasta llegar a la insuficiencia hepática.
El hígado graso agudo del embarazo es una condición grave caracterizada por la acumulación de grasa en el hígado.
Puede ser peligrosa para el bebé y la madre, especialmente si se da insuficiencia hepática o renal.
Esta afección también puede ser causada por una infección grave o hemorragia excesiva.
Cuando una madre es diagnosticada con enfermedad del hígado graso durante el embarazo, por lo general se procede a practicar una cesárea de forma urgente, y en unas semanas el hígado de la madre recupera la normalidad.
En casos extremos requiere tiempo en cuidados intensivos.
Síntomas de la enfermedad hepática
A menudo no hay síntomas de enfermedad hepática, por lo que una persona puede vivir con la condición y no darse cuenta.
Con el tiempo, a veces puede tomar años o incluso décadas, algunos signos pueden comenzar a aflorar a la superficie. Estos síntomas incluyen:
- Sensación de cansancio
- Fatiga
- Pérdida de peso
- Pérdida de apetito
- Debilidad
- Náuseas
- Confusión
- Dificultad para concentrarse
- Dolor en el centro o la parte superior derecha del vientre
- Agrandamiento del hígado
- Distensión y gases
- Orina oscura
- Formación de hematomas
- Sudor excesivo
- Estreñimiento
- Parches secos y oscuros en el cuello y debajo de los brazos
A veces, la enfermedad hepática conduce a la cirrosis, una enfermedad que ocurre cuando el hígado pesa aproximadamente tres libras más de lo normal y es el órgano sólido más grande en el cuerpo.
Esta es la más peligrosa y mortal clase de enfermedad hepática!
Con el tiempo, el tejido sano del hígado es reemplazado por tejido cicatricial, lo que impide que el hígado funcione de forma óptima.
Otros síntomas asociados a la enfermedad hepática
El tejido de la cicatriz bloquea el flujo de sangre a través del hígado y retarda el procesamiento de nutrientes, hormonas, drogas y toxinas producidas por el propio organismo, así como la producción de proteínas y otras sustancias por el hígado.
Los síntomas de la cirrosis incluyen acumulación de líquido en el cuerpo, debilidad muscular, hemorragias internas, coloración amarillenta de la piel y ojos e insuficiencia hepática.
Por lo general, la enfermedad hepática grasa no es detectada en chequeos médicos rutinarios.
Hay pruebas médicas y dispositivos que pueden usarse para detectar la formación de enfermedad hepática grasa.
Le permiten a los médicos notar que el hígado de un paciente es más grande de lo habitual.
La enfermedad también puede ser detectada con una prueba de sangre; un número elevado de ciertas enzimas sugieren la existencia de la enfermedad del hígado graso.
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Un ultrasonido puede utilizarse para obtener una imagen más nítida del hígado y una biopsia sería capaz de diagnosticar la HGNA.
El médico extrae un pequeño trozo de hígado con una aguja y lo somete a prueba para identificar la inflamación, así como las señales indicativas de grasa en el hígado o la existencia de células dañadas.
Si crees que estás en riesgo de desarrollar HGNA o notas algunos de estos síntomas, consulte a su médico para estas pruebas.
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