Esta sexta parte de la serie del síndrome de intestino permeable o lo que es lo mismo la permeabilidad intestinal, te permitirá comprender cómo las fugas intestinales afectan algo más que la digestión.
También podría afectar el eje intestino – cerebro, que puede conducir a síntomas neurológicos, incluyendo: Depresión, ansiedad y migrañas.
Antes de proseguir, vale la pena aclarar que el síndrome de intestino permeable es conocido en el ámbito médico como permeabilidad intestinal y que a lo largo de esta entrada esta será el nombre que usare.
En las tres primeras partes de esta serie hemos echado una mirada amplia a la permeabilidad intestinal: qué es, cómo probar y cómo tratarla. Aquí están los enlaces si deseas ponerte al día:
Primera parte: Síndrome de intestino permeable: ¿Qué es y qué puedes hacer al respecto?
Segunda parte: Uniendo las piezas!
Tercera parte: Superar el intestino permeable: 5 pasos sencillos
Luego, en las partes 4 y 5, exploramos las 10 principales causas subyacentes del síndrome del intestino irritable (conocido como SII), cómo se relacionan con la permeabilidad intestinal, exámenes para su detección, y las posibles opciones de tratamiento:
Cuarta parte: Top 5 Causas del SII y cómo se relacionan con intestino permeable
Quinta parte: 5 Más causas de IBS y cómo se relacionan con intestino permeable
Sexta parte: Esta entrada.
Septima parte: El Síndrome de Intestino Irritable y su hermano gemelo
Octava parte: Permeabilidad Intestinal: Ardor de Estómago, Reflujo ácido y Úlceras
Hoy, la idea es ver la interconexión estrecha entre cerebro e intestino, lo que permitirá comprender la gran influencia tanto en la permeabilidad intestinal como en el SII.
El eje intestino – cerebro
El simple hecho es que el intestino y el cerebro se comunican tan estrechamente entre sí que la influencia reciproca entre ambos es evidente.
Esta relación se conoce como eje intestino – cerebro y hay una gran cantidad de investigaciones en curso explorando cómo influye dicha comunicación en nuestra salud y bienestar.
La naturaleza de doble vía de este mecanismo de comunicación significa que, si bien por lo general se llama el eje intestino – cerebro, y a veces eje cerebro – intestino, tal vez en realidad debería ser nombrado eje cerebro – intestino – cerebro.
Para los fines de este artículo, voy a utilizar el término más familiar eje intestino – cerebro.
De hecho, debido a que las señales de comunicación viajan del intestino al cerebro y viceversa, cuando las cosas van mal, se convierte en un círculo vicioso donde los problemas en el intestino son desencadenantes de síntomas neurológicos en el cerebro que, a su vez, agravan al intestino.
Voy a explicar con más detalle cómo sucede esto, pero primero vamos a considerar cuántas personas pueden verse afectados por este círculo vicioso sin darse cuenta de que es la causa de sus problemas de salud.
Migrañas, ansiedad y depresión
Vamos a centrarnos en las migrañas, ansiedad y depresión ya que cada una podría deberse a un problema en el eje intestino – cerebro.
Son condiciones muy comunes, como se puede ver aquí:
Más del 10% de las personas que experimentan dolores de cabeza o migrañas regularmente y suficientes severamente van al médico>.
Alrededor del 18% de las personas en los EE.UU. reciben tratamiento para la ansiedad y el 8% para la depresión Anxiety and Depression Association of America.
Sin embargo, en la mayoría de ellos el tratamiento de estos síntomas es de manera aislada, a menudo utilizando la prescripción y/o a través de medicamentos de venta libre sin entender que un dolor de cabeza o un cambio en el estado de ánimo está relacionado con la digestión.
Las estimaciones sugieren que hasta un 80% de las personas en los EE.UU. sufren de permeabilidad intestinal, y podemos asumir que una cierta proporción de las personas que sufren de migrañas, ansiedad o depresión podría aliviar sus síntomas mediante el tratamiento de sus sistemas digestivos.
¿Cómo afecta la permeabilidad intestinal al eje cerebro – intestino?
La comprensión de que el cerebro y el intestino responden el uno al otro no es nueva, se ha investigado y documentado desde finales de la década de 1880.
Hasta el punto que decimos que tenemos mariposas en el estómago cuando estamos nerviosos o emocionados.
Lo que está sucediendo en la mente (el miedo, la ira, el amor) en realidad, además de ocurrir en la cabeza, también se nota en el intestino.
De hecho, el intestino se conoce como segundo cerebro!
Y, como ya he aludido, las comunicaciones también van a la inversa, así, desde el intestino al cerebro.
Hay tres tipos de mensajeros que se envían a través del cuerpo:
- Hormonas
- Citoquinas
- Neurotransmisores
(1)
Efecto de las hormonas en el eje cerebro – intestino
Cuando estás estresado o enfermo y las bacterias en el intestino pierden el equilibrio, las hormonas saltan justo e interrumpen las comunicaciones no sólo dentro del sistema digestivo, sino también las comunicaciones entre el intestino y el cerebro.
Citoquinas y el cerebro – intestino
Las citoquinas son minúsculas moléculas de señalización que se pueden activar por sensibilidad a los alimentos que se desarrollan debido al intestino y/o desequilibrios de bacterias en presencia de permeabilidad intestinal (2).
Una vez desencadenadas, pueden viajar desde el estómago al cerebro en muy poco tiempo, difundiendo un mensaje de inflamación en el camino.
De hecho, la investigación está confirmando que las mismas citoquinas del intestino pueden atravesar la barrera hematoencefálica, afectando el estado de ánimo y causando dolores de cabeza, una situación conocida como cerebro permeable (3).
Nervio vago: Del cerebro al estómago y viceversa
El tercer grupo de mensajeros son los neurotransmisores.
Estos son los mensajeros que se comunican a través del sistema nervioso, incluyendo el sistema nervioso en el tracto digestivo.
El principal mecanismo de comunicación en el eje intestino-cerebro es el nervio vago.
Una parte importante del sistema nervioso autónomo, el sistema que se encarga de (detrás de escena) funciones tales como los latidos del corazón y las evacuaciones intestinales.
El nervio vago es el encargado de llevar mensajes enviados por este sistema de piloto automático del cerebro a su intestino, así como de su intestino al cerebro.
Las citoquinas y hormonas del intestino también transfieren su mensaje a través del nervio vago al cerebro.
Recuerda el nombre de este importante nervio, ya que es uno de los componentes clave del eje intestino-cerebro y tiene el suficiente poder para influir en la salud (algo que vas a comprender un poco más adelante).
Tomando Acción: Dos pasos sencillos
Ahora que sabes que la mente tiene un efecto directo sobre la digestión (y viceversa), se puede abrir todo un mundo de enfoques nuevos para las dificultades digestivas que podrías no haber considerado previamente.
Remedios simples para el estrés pueden apoyar el lanzamiento de mensajes anti-stress y ansiedad en dirección de la ansiedad, depresión y dolores de cabeza, así como para los problemas digestivos.
Remedios anti estrés simples,
1. Toma el control del eje intestino – cerebro
Estimular el nervio vago
Recuerda que dije que el nervio vago es la clave para controlar el eje intestino – cerebro?
Aquí tienes un ejercicio simple que puedes hacer para estimular el nervio vago cuando tengas dolor de cabeza o te sientas ansioso o deprimido.
- Respira profundamente – inhala tan profundamente como puedas mientras cuentas hasta 5 y luego exhala tan lentamente como sea posible a través de la boca con los labios fruncidos. Repita durante 5-10 minutos.
- Toma un sorbo de líquido, puedes usar agua tibia o incluso la propia saliva y mantenerlo en la boca, al mismo tiempo que respiras por la nariz, durante todo el tiempo que puedas o hasta 3 minutos.
- Sumerge la frente (al igual que los ojos y la parte superior de las mejillas, si es posible) en un tazón de agua fría, unos 10 centígrados (50 grados F) durante 3 minutos.
2. Control de la dieta para reducir la inflamación
El objetivo principal es reducir la inflamación mediante la elección de alimentos que son menos propensos a causar inflamación y citocinas.
La forma de hacerlo es evitando los alérgenos alimentarios, incluidos los provocados por los anticuerpos IgG e IgA, la mayoría de las proteínas comúnmente lácteos (caseína y suero de leche), gluten, huevos y proteína de soja.
Otro enfoque es reducir el consumo de azúcar, azúcares refinados y sobre todo jarabe de maíz de alta fructosa (HCF), ambos se encuentran principalmente en los alimentos procesados.
La investigación muestra que los azúcares, y especialmente la fructosa pueden enviar un mensaje del intestino al cerebro que afecta a su estado de ánimo (4).
La permeabilidad intestinal necesita del enfoque médico
Las personas a menudo sufrimos muchos después de luchar con las migrañas, ansiedad y/o depresión durante muchos años, si no toda la vida.
Realmente necesitamos y queremos mejorar, pero no saber por dónde empezar es el gran problema.
Cuando se enfoca desde un punto médico, hay que ver toda la información de las experiencias pasadas y de las pruebas que pueden haber sido realizadas.
A continuación, hay que tener en cuenta otras pruebas para ayudar a reunir información adicional sobre exactamente qué mensajeros del estrés están perpetuando el ciclo vicioso del intestino-cerebro-intestino para poder hacer frente de manera muy específicamente.
Estas pruebas podrían incluir exámenes de sensibilidad a los alimentos, de saliva para el cortisol, de neurotransmisor urinario, de heces o de sangre para identificar los déficit de nutrientes o desequilibrios hormonales.
Sin perder de vista la posibilidad de encontrar la permeabilidad intestinal.
Una vez reunida toda la información necesaria, el médico puede ayudar a crear un plan estratégico para hacer frente paso a paso a cada uno de los temas de manera que permita al cuerpo su curación.
A lo largo de este proceso hay que mantener un ojo atento a la respuesta del cuerpo al tratamiento y en consecuencia ajustar el plan.
Qué se puede esperar en relación a la permeablidad intestinal
La curación de la permeabilidad intestinal, por tanto del eje intestino – cerebro requiere tiempo y persistencia, pero es posible.
Puede tomar tiempo poner todas las piezas en su lugar, para identificar todos los factores que contribuyen y lograr un estilo de vida y cambios en la dieta.
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Si bien este proceso puede ser abrumador y frustrante, te animo a que no pierdas la esperanza, porque hay suficientes ejemplos de personas que han logrado mejorar poco a poco.
Cada persona y situación es única.
Así que es difícil decir definitivamente cuánto tiempo tomará antes de ver la mejoría, que podría estar en el rango de unas semanas y unos meses.
En la próxima entrada de esta serie, hay que explorar la relación entre el aumento de peso y la permeabilidad intestinal o sea el síndrome de intestino permeable.
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Espero tus comentarios y preguntas a continuación.
¿Qué has descubierto sobre el círculo vicioso cerebro-intestino-cerebro y cómo afecta a su salud? ¿Te ha ayudado?
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