Prevenir o reducir la inflamación se puede lograr si «escuchamos las señales» de nuestro cuerpo.
¿Por qué debemos prestar atención a reducir o prevenir la inflamación?
¡La inflamación crónica es el precursor de múltiples trastornos de la salud, entre ellos la artritis!
Afortunadamente, es posible reducir los niveles de inflamación mediante cambios mínimos en nuestro diario vivir.
Conocer las causas que aumentan o reducen la respuesta inflamatoria nos permite adoptar hábitos saludables antiinflamatorios.
Lo mejor es probar el enfoque en etapas hasta que los adaptemos a nuestro estilo de vida de tal forma que cada vez nos sintamos mejor.
Existen múltiples opciones para reducir la inflamación.
Pero, no deben ser motivo para abrumarnos, solo hay que escoger las medidas que consideremos más convenientes.
La dieta es clave para reducir la inflamación
Agregar ácidos grasos esenciales Omega-3 a la dieta, es sin duda un excelente primer paso.
Se puede comenzar por incluir suplementos de aceite de pescado EFA rico en Omega-3 para equilibrar la dieta.
Muchas fuentes se derivan de aceite de pescado, pero también existen fuentes vegetarianas.
Solamente hay que procurar que el suplemento EFA esté libre de mercurio y otros metales pesados, de lo contrario puede hacer más daño que bien.
Estos ácidos grasos esenciales restauran el equilibrio óptimo de ácido aracadónico en la sangre.
Puedes incluir frutos secos y distintas clases de semillas en tu dieta diaria, especialmente nueces, que son excelentes fuentes de Omega-3.
Si bien las semillas de lino o linaza también son ricas en Omega-3, es preferible reducir su consumo a una vez por semana.
Por otro lado, las semillas de linaza deben ser trituradas antes de consumir, de lo contrario, debido a la dureza de su cáscara, serán expulsadas tal y como entran.
El aceite de oliva extra virgen es otra posibilidad y que puede ser usado generosamente.
Es rico en ácido oleico, Omega-9, y tiene propiedades antiinflamatorias significativas.
Evitar el azúcar refinado y los carbohidratos con carga glucémica elevada
Así como los alimentos procesados y de conveniencia tanto como sea posible.
Hay que procurar mantenerse alejado de alérgenos conocidos y tener en cuenta el cada vez más frecuente aumento de las sensibilidades alimentarias.
Trigo, huevos, lácteos, soja y frutos secos son los alérgenos dietéticos más comunes.
Es recomendable seguir una dieta de eliminación (evitar un nutriente durante dos semanas, luego introducirla durante un día o dos) para identificar sensibilidades.
Comer muchas frutas, verduras y mariscos/pescados silvestres
A pesar de los beneficios para la salud de los peces, la mayoría de las especies tienen niveles ‘astronómicamente’ elevados de mercurio y PCB.
Limita o evita severamente todas las variedades atlánticas, y procura comer solo especies capturadas en el Pacífico o salmón de Alaska (¡Nunca criados en granjas!).
Cuanto menor sea la cadena alimenticia, mejor, así que las sardinas, anchoas y mariscos siguen siendo buenas opciones.
Incluye verduras en las comidas y bocadillos para obtener fibra y sus compuestos antiinflamatorios naturales.
Muchas hierbas (como el orégano) y alimentos como el ajo, el té verde, los arándanos y el jengibre contienen flavonoides y polifenoles que limitan la producción de radicales libres.
15 Alimentos para combatir la inflamación
Puedes incluir varios de ellos en tu dieta diaria:
- Semillas de chia.
- Frutos secos, especialmente las nueces.
- Clavo de olor.
- Frambuesas.
- Arándanos.
- Cúrcuma (curcumina).
- Jengibre.
- Ajo.
- Salmón.
- Atún de aleta amarilla.
- Verduras de hojas verdes (como espinacas, col rizada y acelgas).
- Caldo de hueso (preferiblemente de elaboración casera).
- Chocolate negro.
- Semillas de lino (evitar su consumo diario).
- Aceite de coco.
Recomendado: Aceite de coco
Suplementos naturales antiinflamatorios
Agregar un multivitamínico diario de primera calidad
La vitamina E disminuye los niveles de CRP en la sangre. La vitamina D también tiene efectos antiinflamatorios.
Las vitaminas C y B son poderosos agentes contra los radicales libres.
Suplementar la dieta con un buen multivitamínico garantiza obtener el nivel correcto de nutrientes cuando el cuerpo más los necesita.
Otros suplementos están disponibles para la inflamación articular como la glucosamina, azufre, y condroitina.
Sin embargo, estos actúan principalmente en ralentizar la progresión y en aliviar los síntomas de la inflamación articular.
Pero, su impacto en las causas subyacentes de la inflamación es menor, en comparación con las otras medidas ya recomendadas.
Independientemente de todo, lo más recomendable es hablar con el médico acerca de incluirlos en la dieta.
Medidas de estilo de vida antiinflamatorias naturales
Adoptar hábitos saludables y mantener cierto nivel de actividad física todos los días, es otro paso vital a la hora de reducir la inflamación.
Se puede fortalecer el cuerpo con agentes antiinflamatorios producidos por nuestro cuerpo al hacer ejercicio diario.
Comienza despacio con un paseo de unos cinco minutos hasta aumentar la resistencia. unos 20-30 minutos de actividad, cinco veces a la semana, sería genial.
El ejercicio es una gran manera para contrarrestar el estrés, especialmente cuando se combina con la respiración profunda, al igual que con el yoga o pilates.
Estos ejercicios son apropiados y geniales con independencia del nivel de resistencia.
¡Salir y jugar! Encuentra tiempo para relajarte.
Si vives con estrés crónico, la meditación o las terapias de biorretroalimentación pueden ayudar a relajarte.
La terapia de conversación es muy exitosa para ayudar a las personas a ‘navegar por sus campos de minas emocionales’.
Esta es una gran manera de comenzar a compartir sus cargas emocionales (¡ y todos las tenemos!) con oyentes dispuestos.
Descansar tanto como sea posible es una gran medicina antiinflamatoria.
Es importante dormir entre siete y nueve horas por noche para darle al cuerpo el tiempo necesario para recuperarse de las demandas del día anterior.
Reducir la inflamación de raíz
¡Elimina tus malos hábitos!
Sustancias como el alcohol, la cafeína y la nicotina producen una pesada carga en el sistema, por lo que es conveniente bien eliminar o moderar su consumo.
La forma más rápida de reducir la inflamación es dejar de fumar y usar estimulantes.
Trata de dejar de fumar por una o dos semana y notarás lo bien que te sientes.
Eso te alentará a dejarlo para siempre.
Si no funciona, busca un grupo de apoyo o ayuda profesional y sigue intentándolo hasta que superes dicho ‘hábito’.
Examina tu entorno y procura que sea tan «verde» como sea posible. Utiliza productos de limpieza y detergentes naturales.
Limitar la dependencia de la limpieza en seco y de los ambientadores, es otro paso importante.
Prueba el aire y el agua y, si es necesario, compra filtros de calidad. Incluir plantas en el interior del hogar ayuda a filtrar el aire.
Practica un programa de desintoxicación o limpieza suave un par de veces al año.
Es imposible eliminar por completo la exposición a las toxinas ambientales, de ahí que desintoxicarse una vez al año sea una excelente practica.
También puedes investigar terapias alternativas para gestionar de forma efectiva el dolor.
Debido a la confusión sobre los efectos a largo plazo de los medicamentos para el dolor y los esteroides, el uso de fármacos antiinflamatorios solo es recomendable durante períodos cortos durante las crisis agudas.
Muchas personas han encontrado alivio del dolor significativo a través de:
- La acupuntura.
- Los masaje.
- Hidroterapia.
Así como otros tratamientos mente-cuerpo que reducen la inflamación y el dolor de forma natural sin tener que usar fármaco alguno.
Últimas palabras en torno a reducir la inflamación
Calmar el fuego de la inflamación es un proceso constante, muy parecido a mantener el equilibrio hormonal natural.
Se puede lograr al recordar que la inflamación es capaz de acelerar cualquier enfermedad y la importancia que tiene reducir la inflamación en nuestra salud.
Al igual que tenemos que tomar decisiones saludables para fortalecer nuestras hormonas, tenemos que hacer lo mismo para potenciar los controles naturales y el equilibrio de la respuesta inmune.
Después de todo, nuestro cuerpo es el único hogar permanente que tenemos, de ahí la importancia de ‘escuchar sus alarmas internas’.
A medida que aprendemos más, continuamos viendo que cuidar de nosotros mismos de forma natural es la mejor manera de prevenir y corregir las condiciones que pueden afectar nuestra salud.
Nuestro cuerpo es una maravilla en cuanto a complejidad y resistencia, pero necesita nuestro apoyo.
Si empezamos por vigilar nuestro ‘fuego interno’, las recompensas que cosecharemos se manifestaran en nuestra salud.
Reducir la inflamación no es una meta, es una practica diaria y constante. 🙂
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