El nombre de la enfermedad «pancreatitis» se deriva de la palabra griega formada por dos partes: páncreas – páncreas e itis – inflamación.
De ahí que, la páncreatitis sea inflamación del páncreas, dicho sea de paso, el páncreas es una glándula.
La inflamación del páncreas puede causar todo un grupo de enfermedades, en la práctica clínica existen dos formas de pancreatitis: aguda y crónica.
Como regla general, la pancreatitis crónica es más difícil de diagnosticar que la aguda.
Razón por la cual los médicos otorgan una gran importancia al examinar al paciente, y poder extraer conclusiones sobre la naturaleza, el tipo de dolor, dieta y hábitos.
La pancreatitis se diagnostica con mayor frecuencia en las mujeres, que en los hombres.
Además, la enfermedad es más susceptible en personas mayores y en personas con sobrepeso.
El páncreas tiene dos funciones principales: endocrina (en ella, en particular, se produce la insulina) y exocrina (en ella se forman varias enzimas necesarias para la digestión).
La causa más común de insuficiencia pancreática exocrina en adultos es el alcoholismo.
En los niños, es la fibrosis quística (una grave enfermedad hereditaria, también acompañada de graves infecciones pulmonares)
Se debe sospechar fibrosis quística en todos los pacientes menores de 40 años con funcionamiento exocrino insuficiente e inexplicable del páncreas.
pancreatitis aguda
Es una lesión inflamatoria del páncreas causada por autolisis enzimática o autodigestión.
Dicho en cristiano:
Las enzimas producidas por la glándula, debido a la inflamación, no pueden entrar al duodeno y actúan en el páncreas, destruyéndolo.
Con mucha frecuencia, la pancreatitis aguda se manifiesta solo como un proceso inflamatorio y con edema de una u otra sección del páncreas.
Pero, a veces la inflamación se reemplaza por fibrosis o atrofia, necrosis, supuración, hemorragias múltiples y abscesos.
pancreatitis crónica
La pancreatitis crónica es más común que la aguda: en Europa, el número de casos de la enfermedad es de 25 por cada 1000 habitantes por año.
Por lo general, la pancreatitis crónica se detecta en pacientes de edad media o avanzada.
Los médicos distinguen entre dos tipos de pancreatitis crónica: primaria y secundaria.
En el tipo primario, el proceso inflamatorio se localiza inicialmente en el páncreas.
La pancreatitis secundaria, o concomitante, siempre subyace en otra enfermedad: gastritis, úlcera péptica, colelitiasis, colecistitis, otras.
En la pancreatitis aguda, el funcionamiento del páncreas se puede restaurar casi por completo.
En el tipo crónico de la enfermedad, los brotes se alternan con la remisión, pero en general la función del páncreas disminuye constantemente.
¿Qué es la insuficiencia pancreática enzimática?
Es un tipo de intolerancia a ciertos tipos de alimentos.
Surge debido a la falta de enzimas responsables de la descomposición de proteínas, grasas y carbohidratos.
Como resultado, se altera la función digestiva del cuerpo: aparecen varios síntomas determinados.
En los seres humanos, esta enfermedad se diagnostica con más frecuencia que la pancreatitis crónica, pero durante mucho tiempo puede ser casi asintomática.
La deficiencia enzimática puede ser congénita y adquirida.
La falla congénita ocurre en el contexto de un defecto genético que interrumpe el funcionamiento normal del páncreas.
La deficiencia enzimática adquirida, generalmente es el resultado del desarrollo de una enfermedad.
Pero, en la mayoría de los casos la causa del trastorno es la pancreatitis, debido a que los procesos patológicos se desarrollan en los tejidos pancreáticos, lo que lleva a su atrofia y fibrosis.
Como resultado, el páncreas deja de producir enzimas en la cantidad requerida ( insuficiencia primaria o exocrina ) o, por algún motivo, no se activan al entrar en el intestino delgado ( insuficiencia secundaria ).
Síntomas de la insuficiencia pancreática enzimática
Los síntomas de deficiencia de enzimas exocrinas son deposiciones fluidas y profusas.
Además, se pueden detectar grumos de alimentos no digeridos en las heces, como resultado de la falta de enzimas pancreáticas.
Por otro lado, debido al desarrollo del desequilibrio entre proteínas y energía, se presentan avitaminosis, anemia y deshidratación.
Es posible una disminución brusca del peso corporal, sufrir acidez estomacal, náuseas, distensión abdominal y vómitos.
La deficiencia de enzimas sin el tratamiento adecuado puede llevar al agotamiento del cuerpo y, en casos raros, incluso a la muerte.
Síntomas de pancreatitis
La pancreatitis crónica se manifiesta por dolor permanente en el abdomen, a menudo en combinación con diabetes (que se manifiesta por niveles elevados de glucosa en los análisis de sangre).
En casos de pancreatitis crónica, la exacerbación se alterna con períodos de mejoría.
La enfermedad se acompaña de dolor constante y deterioro de la absorción de los alimentos en el intestino.
En caso de daño leve y moderado al páncreas, el motivo de buscar ayuda médica es el dolor constante en la zona donde se localiza dicho órgano.
Por lo general, en esta etapa de la enfermedad, las desviaciones de los parámetros de laboratorio solo se detectan en estudios especiales.
Por ejemplo, cuando se analizan con secretina.
Con daño extenso en el páncreas aparecen diarrea, esteatorrea ( eliminación del exceso de grasa con masas fecales ) y pérdida de peso.
Localización del dolor debido a la inflamación del páncreas
En los casos típicos, el dolor se localiza en la mitad del abdomen, pero puede ser más pronunciado en el hipocondrio derecho o izquierdo, en la espalda, o tener naturaleza difusa.
También, se puede localizarse detrás del esternón o en el costado.
Por lo general, es fuerte, duradero, profundo y se mantiene después de comer y tomar antiácidos.
En ocasiones aumenta con el consumo de alcohol o después de comidas pesadas, especialmente grasas.
A menudo el dolor es tan fuerte que es necesario utilizar analgésicos fuertes (narcóticos).
A pesar de ser poco frecuentes, se pueden dar: náuseas, vómitos y flatulencia (gases abundantes) .
Y, por lo general, son causadas por reacción al dolor o al uso de fármacos (especialmente analgésicos narcóticos), que afectan la actividad del estómago e intestinos.
Diagnóstico de la inflamación del páncreas
Con dolor abdominal prolongado, todos los pacientes necesitan una ecografía o una tomografía computarizada (TC) para excluir falsos quistes pancreáticos.
Generalmente, en la crónica, se encuentran cambios en los conductos; la relación entre la fuerza del dolor y la presencia de estrechamientos de los conductos y sus extensiones no se ha identificado.
Sin embargo, algunas veces después de haber sido colocado un stent (construcción metálica que impide que el conducto se estreche), el dolor disminuye.
Un método confiable para diagnosticar trastornos digestivos es la determinación de cristales neutros de grasa y ácidos grasos, así como de fibras musculares no digeridas en las heces.
La existencia de grandes cantidad de fibras musculares (más de cinco) en un frotis de heces indica alteraciones en la digestión de proteínas.
Exámenes instrumentales para el diagnostico de la inflamación del páncreas
Con la radiografía abdominal, se puede identificar la calcificación del páncreas, lo que confirma la existencia de pancreatitis crónica.
Con la ecografía de los órganos de la cavidad abdominal (complejo), se pueden encontrar:
- Calcificaciones del páncreas (incluso aquellas que aún no son visibles en las radiografías).
- Aumento en el tamaño del páncreas.
- Irregularidad en los contornos del páncreas.
La tomografía computarizada del abdomen también se usa para diagnosticar pancreatitis crónica.
En la pancreatitis crónica, además de las calcificaciones en el páncreas, se pueden encontrar:
- Expansión del conducto pancreático y los conductos biliares.
- Agrandamiento desigual del páncreas.
- Acumulación de líquido, cambios en los tejidos circundantes.
La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica en pancreatitis crónica revela dilatación de los conductos, así como áreas de estenosis.
Otras pruebas que puede solicitar el médico son:
- Celiacografía.
- Esofagogastroduodenoscopia.
- Duodenoscopia.
- Laparoscopia.
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Tratamiento de la pancreatitis
Evitar el alcohol reduce el dolor en aproximadamente el 50% de los pacientes.
También se utilizan preparaciones enzimáticas, como la pancreatina.
Las preparaciones de enzimas son más efectivas en las mujeres con pancreatitis crónica no alcohólica.
La efectividad de dicho tratamiento en los hombres, es del 20-25%, en hombres que abusan del alcohol (12-15%) y en pacientes de ambos sexos en la pancreatitis grave (25%).
Siempre que exista dolor constante, es necesario excluir un quiste falso, ya que el drenaje del quiste a menudo conlleva mejoría para el paciente.
En todos los pacientes con pancreatitis crónica con dolor persistente, el riesgo de dependencia a las drogas es muy elevado, por lo que solo se deben usar analgésicos no narcóticos.
Es necesario advertir a los pacientes que abusaron del alcohol, contra el uso de incluso pequeñas dosis de alcohol mientras reciben paracetamol en una dosis de 3 g por día o más.
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